Cantos fascistas, gritos franquistas, proclamas contra los catalanes. El espectáculo esperpéntico que ha protagonizado a los votantes de Vox esta mañana en Barcelona estarían prohibidos en Alemania. Aquí, el camino para condenarlo jurídicamente será más largo y cuestionado.

El conseller de Interior, Miquel Sàmper, se ha puesto manos a la obra y quiere llevarlos a la Fiscalía ya que considera que han cometido un delito. Así lo ha manifestado a través de Twitter: "En relación a la manifestación de hoy en la plaza Sant Jaume, Mossos está haciendo una recopilación de información sobre proclamas y actuaciones. Se llevará un informe a la Fiscalía contra los delitos de odio por si son constitutivas de ilícito".

Sàmper ha añadido: "Desde las instituciones democráticas no podemos dejar el mínimo espacio a las actuaciones que puedan ser contrarias al derecho haciendo apología del fascismo sobrepasando la libertad de expresión". Precisamente, apelando a la democracia, lo que hoy se ha vivido atenta todos los derechos.

Entre los participantes al acto de Vox había algunos grupos de ultras, como suele pasar en la mayoría de actos que organiza este partido, que hacían saludos fascistas al llegar a la plaza.

Los concentrados han recibido al presidente de Vox, Santiago Abascal y el líder de la formación en Catalunya, Ignacio Garriga, con gritos de "presidente". En la plaza se han congregado en torno a 300 personas para seguir el mitin de Vox, su gran mayoría vestidas con la bandera de España.

Al acabar el acto de Vox, los antifascistas han silbado el himno español, encapsulados por los Mossos en todo momento, y ha habido varios intercambios de reproches con los de Vox. La policía ha intentado evitar en todo momento un cara a cara entre manifestantes.

El paralelo, un fuerte dispositivo de los Mossos d'Esquadra ha dividido la plaza del Vi de Girona para evitar enfrentamientos entre unos 200 antifascistas y una veintena de simpatizantes de Vox. Tal como estaba previsto, los manifestantes unionistas han llegado alrededor de las doce del mediodía a la plaza, que estaba ocupada por los CDR desde hacía dos horas.