El propietario de Mediapro, Jaume Roures, ha tildado de "ridículos" los informes de la Guardia Civil en que se basan investigaciones sobre políticos, medios de comunicación y empresas catalanas con presuntas vinculaciones con el 1-O. "Aquel día quedaron en ridículo y ahora tienen que demostrar que hay unos culpables", ha criticado este sábado por la noche. "Alguien lo tiene que pagar".

En cuanto a las investigaciones de Hacienda sobre su compañía, Roures las ha señalado como "investigaciones prospectivas" a nombres seleccionados, en su caso porque hacen "documentales que molestan" -en referencia a 'Las cloacas de Interior' - y por la organización del centro de prensa del 1-O. "Nos investigan porque pensamos diferente de lo que se tiene que pensar", ha sentenciado.

En una entrevista en el FAQS de TV3, Roures ha asegurado que es una manera de "señalarnos y marginarnos", tal como hizo en su momento en Estados Unidos el macartismo. "Hay una estructura que trabaja y unos medios que popularizan los temas que le interesan", ha criticado, asegurando que lo único que buscan son "titulares de prensa" y levantar sospechas.

"Las investigaciones tendrían que ser judiciales y no de Hacienda", ha apuntado el empresario, que ha recordado que se persiguen medios alegando que recibieron subvenciones de la Generalitat pero, en cambio, otros que también recibieron no se los investiga. En concreto, ha explicado el caso de El Periódico que, según dice, cobró 3,5 millones de euros en subvenciones de la Generalitat. "Eso demuestra una vez más lo que decíamos en 'Las cloacas'".

Más cerca de Turquía

Además, el empresario también ha denunciado que la situación de las libertades en España "cada día" se acerca más a la de Turquía. En este sentido, ha alertado que "nos vamos acostumbrando" a un recorte de los derechos "porque no tenemos una conciencia clara de cuáles son". "La dictadura pesa", ha lamentado.

Roures ha hecho referencia a casos polémicos de vulneración de la libertad de expresión como el caso de los titiriteros, de los raperos condenados o del secuestro del libro Fariña. "Hay una campaña contra posiciones ideológicas y políticas", ha criticado el empresario, que ha avisado de que "si no los para a la gente nadie los parará".