Con una foto de familia con presencia destacada de las banderas catalana y vasca ha comenzado, esta mañana a las 9:45h, la conferencia de presidentes autonómicos, que tiene lugar en el Senado, con la significativa ausencia de los presidentes catalán, Carles Puigdemont, y el vasco, Iñigo Urkullu. El resto de mandatarios territoriales, junto con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y el rey Felipe VI han dado inicio a un encuentro que servirá para que Rajoy busque apoyo del PSOE en la aprobación de los presupuestos de 2017.

La agenda de la reunión se ha acordado a lo largo de las últimas semanas entre comunidades gobernadas por el Partido Popular y los socialistas, con el ejecutivo de Rajoy. Está formada por varios temas relativos al Estado del Bienestar, tal que la contrapartida puede venir más tarde, cuando necesiten de una dotación económica para salir adelante. Así, el criterio político amenaza de trascendir el territorial, pese a los esfuerzos de que estuvieran también Catalunya y el País Vasco, las grandes ausentes.

El ejemplo más contundente de que el encuentro tendrá implicaciones en el ámbito estatal es la Dependencia. El ejecutivo quiere impulsar un nuevo modelo de financiación que incluya su pago a través del Estado y las comunidades. Esta cuestión fue reivindicada como idea propia por parte del PSOE andaluz, gobernado por Susana Díaz. Y el mismo portavoz del PP, Pablo Casado, insistió este lunes en que en España el 70% del Presupuesto se destinaba a gasto social. "Al menos 14 millones de personas reciben una prestación, y por eso, se pueden llegar a acuerdos con formaciones que no son nuestro partido" exponía.

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El hecho es que el gobierno de Rajoy nunca se ha escondido de que antes que Ciudadanos y Coalición Canaria, está el PSOE. "Todo aquello que no entre en la suma de los votos suficientes, no se podrá hacer", se justificaba el ministro de Hacienda a Cristóbal Montoro después de pactar el techo de gasto y el déficit autonómico al 0,6% con Ferraz. El resto eran votos "marginales" como aseguró. Este ninguneo a Albert Rivera le ha costado precisamente a Rajoy tener que celebrar una cena en Moncloa hace unos días, invitando a los equipos negociadores de su pacto de investidura para exhibir normalidad en las relaciones.

La batalla por el liderazgo del PSOE también toca las posibilidades de que Rajoy saque el presupuesto

En esa línea, para el encuentro también se han agendado otros temas, que se debatirán por la mañana, después de una intervención de Rajoy sobre la UE, así como la participación del rey Felipe VI, como muestra de "el alto nivel" que la vicepresidenta y ministra de administraciones territoriales, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo que le quería dar al acontecimiento. Son el pacto social y político para la educación (1), la constitución de una comisión sobre protección civil (2); el impulso de la tarjeta social para conocer qué prestaciones recibe cada ciudadano (3); la participación de las comunidades en los ámbitos de decisión relativos a la Unión Europea (4); un comité que vele por el cumplimiento de los acuerdos (5); la estrategia nacional por el reto demográfico (6); la ley de movilidad de mercado (7); una para la reposición de empleados públicos (8); el suministro eléctrico y el bono social (9); o la financiación local (10).

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La batalla por el liderazgo del PSOE también toca tangencialmente en las posibilidades de que Rajoy saque adelante el presupuesto, si le acontenta en esta reunión. El actual presidente gestora socialista se ha mostrado partidario de pactar con el PP, "cuándo haga falta", como dijo Javier Fernández durante el comité federal del sábado. Pero al día siguiente, el vasco Patxi López presentó su candidatura a las primarias, amenazando con no ser "el analgésico de la derecha". Y este lunes, preguntado por El Nacional, Casado ha recordado a López que los populares fueron "patriotas" cuando le cedieron la lehendakaritza. Al respecto, fuentes del gobierno español explicaron a este diario que temían que el riesgo de bloqueo volviera, si Pedro Sánchez recuperaba la secretaría general. Díaz también está presente, otra posible candidata a liderar la formación. 

Moncloa no quiere reconocer que la ausencia de Puigdemont debilita el espíritu de la conferencia de presidentes

La cuestión es que a lo largo de este tiempo, Santamaría ha insistido en la asistencia del presidente Carles Puigdemont, por el carácter "decisorio y no protocolario" de la reunión. Este ya se ha excusado en una carta que no estará, porque quiere una relación bilateral que contemple el derecho a decidir. Eso pasa después de que el mismo portavoz del gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, afirmara que el catalán "no se interesaba por los problemas de la gente". Lo que parece se resiste a reconocer la Moncloa es que su ausencia supone un golpe en la línea de flotación de la Operación Diálogo, que no será bilateral porque "no hay autonomías de primera y de segunda", según Casado.

Aunque los catalanes no quedarán desamparados. El ministro de Energia, Álvaro Nadal, recordó que en el Congreso ya hay partidos que defienden sus intereses -ERC y PDeCAT-. Y Santamaría ha indicado este lunes que "el gobierno de la Nación vela por todos". Pero el argumento de más peso por ilustrar que PP y PSOE harán y desharán a su antojo son los dos votos que habrían tenido Euskadi y Catalunya por la tarde, cuando tocan las votaciones, frente los otros 15 del resto de autonomías: nuevamente, gobernadas por socialistas y populares.