La sangre todavía no ha llegado al río. Más que nada, porque tanto el PSOE como Podemos insisten en que la coalición entre los dos socios de gobierno se mantiene intacta, y que la salud de este matrimonio pasa por delante de cualquier desavenencia. Ahora bien, este martes la reforma de la ley del 'solo sí es sí' llega al Congreso de los Diputados para empezar su trámite parlamentario en medio de un pico de tensión entre socialistas y morados. El día siguiente es 8-M, y los socialistas han decidido reformar de forma unilateral la ley estrella de Irene Montero, sin haber llegado a ningún pacto con Podemos, y con la seguridad de que la modificación recibirá el apoyo del PP, e incluso de Vox.

No se trata de la modificación definitiva del texto. Es, sencillamente, su toma en consideración. Es decir, que después el texto pasará por comisión y los grupos podrán presentar sus enmiendas. Habrá que ver hasta cuándo el PP mantendrá su apoyo incondicional a la reforma impuesta por el PSOE, y si antes los dos socios de gobierno no han llegado a un pacto. En todo caso, si la ley se acaba reformando, la modificación no se producirá hasta, como mínimo, dentro de unas semanas.

Después de que decenas de agresores sexuales —ahora ya son centenares— vieran sus condenas rebajadas en beneficio de la ley del 'solo sí es sí', el PSOE decidió dar un golpe sobre la mesa y presentar una proposición de ley en el Congreso para reformar el texto. La primera intención era hacerlo de la mano de Podemos. Pero el acuerdo entre las dos partes no llegó y los socialistas tuvieron que ir directamente y presentar la proposición en solitario.

Desde entonces no se ha podido (o querido) llegar a un acuerdo. El PSOE quiere volver a distinguir las violaciones entre si ha habido violencia y/o intimidación, o si no ha habido. Por mucho que a los socialistas lo nieguen, Podemos asegura que este marco mental elimina el consentimiento del corazón de la ley, y que eso, a efectos prácticos, vuelve a distinguir entre agresiones y abusos sexuales. Para la formación morada, una posible solución sería situar la violencia y la intimidación como agravantes, pero no como subtipo.

Desde que los socialistas registraron la proposición en el Congreso han insistido en que el debate sobre la reforma de esta ley tiene que tener lugar en la cámara baja, mientras que Podemos pide que la solución venga desde La Moncloa. Es decir, que Podemos y PSOE lleguen a un pacto a través del Ministerio de Igualdad y de Justicia. Así lo ve también, por ejemplo, Esquerra Republicana, que en varias ocasiones ha mantenido que el PSOE tiene que llegar a un pacto con el equipo de Irene Montero antes de hacer realidad una reforma del texto.

Podemos ha decidido este lunes elevar la tensión, y ha acusado al PSOE de "traicionar" al feminismo. La portavoz Alejandra Jacinto ha tachado, además, de "votación de la vergüenza" la toma en consideración de este martes. Desde Ferraz, en cambio, bajan el tono y evitan responder a las declaraciones que llegan desde la formación morada. A pesar de abrir la puerta a tener que acabar reformando esta ley de la mano del PP, piden llegar a un acuerdo con Podemos.

Menos de 24 horas para el 8-M

Todo eso llega en la víspera del 8-M. En aquella jornada, además, el PSOE participará en la misma manifestación que Podemos, la de la 'Comisión 8-M', que se muestra contraria a la reforma de la ley del 'solo sí es sí'. En cambio, hay otra manifestación en que no participará el PSOE, pero sí el PP: la que organiza el Movimiento Feminista de Madrid, una asociación favorable a la modificación que han puesto sobre la mesa los socialistas y en la que hay antiguos miembros del partido.

Las prostitutas del 'Tito Berni'

Es de esperar, también, que durante el debate de la toma en consideración de la reforma del 'sí es sí' la oposición —e incluso también Podemos— cargue contra el PSOE a través del escándalo del 'Tito Berni', un exdiputado socialista que ha sido expulsado del partido cuando se ha filtrado que lideraba una trama de corrupción en la cual se organizaban orgías con prostitutas y cocaína. El PSOE defiende la abolición de la prostitución, y este escándalo, sobre todo en las proximidades del 8-M, hace tambalear el discurso feminista del partido.