El presidente Mariano Rajoy cierra la puerta a la propuesta de diálogo que le hacía el president de la Generalitat Carles Puigdemont, el mismo día en que la Moncloa ha abierto la vía para la aplicación del artículo 155, a través de un requerimiento para que Puigdemont explique si declaró o no la independencia. Rajoy ha sido increpado al respecto por varios grupos este miércoles ante el Congreso, pero ha sentenciado que no había "mediación posible entre la ley democrática y la desobediencia", dejando la pelota en el tejado del ejecutivo catalán.

"Es la respuesta de Puigdemont lo que marcará los próximos días. Deseo que acierte en su respuesta" ha dicho el presidente a su homólogo catalán sobre el requerimiento por el cual se instará al dirigente de la Generalitat a explicar si la declaración de la nueva República era en firme. El jefe del ejecutivo se ha vuelto entonces afeando que la voluntad de diálogo no habría existido antes: ha citado la consulta del 9-N y las elecciones plebiscitarias del 27-S de 2015, a más de afirmar que el resultado del 1-O estaba previsto con anterioridad.

Rajoy ha dado por muerta la vía de la independencia, pero ha deslizado la oferta de reforma constitucional a que se ha comprometido con Pedro Sánchez, a cambio de que apoyara el 155. La portavoz del PSOE Margarita Robles le ha recogido el guante y ha propuesto un "proyecto de diálogo" donde no tiene que haber más mediadores que los propios diputados, "representantes de la soberanía nacional", ha dicho. Eso se podría materializar en la comisión de modernización del Estado de las Autonomías, donde Robles ha invitado a Puigdemont a canalizar el conflicto.

El líder de Podemos Pablo Iglesias, en cambio, ha vuelto con la oferta de mediación que le hizo a Rajoy hace unas semanas. Ha recordado que el Govern paró una declaración de independencia porque el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, le hizo un llamamiento. "Ayer Puigdemont dejó de escuchar a Mas y escuchó a Tusk. Hágalo usted también", le ha pedido. Poer ello, el líder de En comú, Xavier Domènech, ha vuelto sobre la consulta pactada. "Dicen que no dialogarán del derecho a decidir y con eso están poniendo límites al diálogo", ha lamentado.

Desde Ciudadanos, Albert Rivera ha descartado la propuesta de diálogo con Puigdemont y ha afirmado que el conflicto soberanista y un presunto "problema de convivencia" en Catalunya se solucionaba "parando el golpe, yendo a elecciones y reformando la Constitución con un nuevo interlocutor", ha expuesto. Por ese motivo, ha celebrado que el gobierno "hubiera decidido defender" la cara magna con el 155. Según el dirigente de la formación naranja, la medida tendría que servir para parar "el golpe mayor a la democracia desde el 23-F" de 1981.

Ante ese escenario, el portavoz de ERC Joan Tardà se ha excluido de la reforma constitucional porque no daba cabida a la demanda soberanista. Tardà ha hablado directamente a Rajoy y le ha preguntado si su proyecto era "encarcelar a los independentistas y esperar que los catalanes que no lo son le aplaudan", ha denunciado. El dirigente republicano ha insistido sobre la voluntad de negociación y mediación, donde ha advertido que ante la "represión", no retrocedería un paso "El derecho a decidir no se olvidará. Se añadirá la bandera de la amnistía", ha zanjado.

Desde el Grupo Mixto, Aitor Esteban (PNV) se ha sumado al diálogo pidiendo a Rajoy que sobrepasara el lema de la Guardia Civil. "Viva España, Viva el Rey, Viva el orden y la ley", ha recitado. Por eso, ha pedido no aplicar el artículo 155, ha denunciado los ataques de Cs al nacionalismo y ha dudado de las ofertas de reforma constitucional como vía para resolver el conflicto. "Aunque todos los vascos y todos los catalanes quisiéramos cambiar la Constitución aquí ustedes nos dirían que no", ha asegurado afirmando que Puigdemont no había declarado la independencia, a su parecer.

En el PDeCAT, el portavoz Carles Campuzano ha instado a Rajoy a "aprovechar la oportunidad que le dio Puigdemont" con la oferta de diálogo. En consecuencia, Campuzano también se ha sumado a la denuncia de ERC a las palabras del portavoz del Partido Popular Pablo Casado, quien insinuó que el president podría acabar como Lluís Companys: detenido y aprisionado en 1934. Rajoy ha respondido que sólo necesitaba recibir la notificación de este asegurando que no había declarado la independencia. "Es fácil y de obligada respuesta", ha zanjado.