Después de que el Tribunal Constitucional dictara preventivamente que Carles Puigdemont no podía ser investido "de forma telemática o por discurso delegado" y que el presidente del Parlament Roger Torrent aplazara el pleno, en la Moncloa celebran una victoria de la maquinaria legal. "El Estado de Derecho ha triunfado", decía el portavoz del Gobierno Íñigo Méndez de Vigo en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. De Vigo instaba a Torrent a escoger a un candidato "libre de procedimientos judiciales" y desacreditaba la idea de investidura simbólica del líder de ERC Oriol Junqueras.

"El único reconocimiento que el Gobierno cree que tiene que tener Puigdemont es ponerse a disposición de la Justicia. No entorpecer la investidura. Eso que se imputan a unos y otros no tiene un viso de realidad", se jactaba De Vigo sobre la fórmula de un president simbólico y uno efectivo, o ejecutivo para eludir la respuesta del TC. El portavoz gubernamental recordaba que investir al cabeza de lista de Junts per Catalunya era "imposible" y atribuía a la Moncloa el mérito de que no se hubiera celebrado el pleno del martes por haber presentado el recurso. "Es una grandeza del Estado de derecho", zanjaba.

La cuestión es que el equipo ministerial ve en los SMS difundidos en los medios una oportunidad para que Puigdemont no continúe en el panorama político. "Son muy elocuentes de la situación en que estamos. Esto se ha acabado. Estaba haciendo una declaración exhortando a los diputados a vulnerar la ley y el TC en público, y decía otra cosa en privado", ha denunciado. Incluso, el portavoz se ha permitido una burla sobre la presunta casa que el político gerundense habría alquilado en Waterloo. "Es donde el final del Imperio de los mil días de Napoleón Bonaparte", ha expuesto sobre el municipio en cuestión.

Todo ello, pues, debería permitir, a ojos del ejecutivo, que Torrent abra una nueva ronda para buscar a otro candidato. "Está en sus manos proponer a otro candidato que no tenga cuentas con la Justicia", decía De Vigo. Es decir, que Junqueras tampoco sería un interlocutor bien visto por el equipo de Mariano Rajoy, a fin de pasar página del proceso. Así y todo, el representante del Gobierno dice no tener constancia de que se haya respondido la carta que el presidente del Parlament envió a la Moncloa para abordar la investidura. "Todavía no se ha producido la respuesta", ha cerrado.

Así las cosas, el ejecutivo deja en "manos de la Mesa" el encontrar el camino para que el 155 se termine. Fuentes próximas al jefe del ejecutivo insisten en que la intervención de la Generalitat se levantará cuando se forme Govern, tal como dicta el acuerdo aprobado en el Senado. En ese sentido, De Vigo no ha querido aclarar si se proponían convocar elecciones para contribuir a desencallar la situación, pero ha dicho que no creía que se estuviera "abocado a nada". Finalmente, como adelantó El Nacional, la Moncloa deja en manos de los letrados del Parlament los plazos para la investidura.