Mariano Rajoy quiere mantener el acuerdo entre Partido Popular y Ciudadanos y salvar a la comunidad de Madrid, pero no aclara el futuro de Cristina Cifuentes, a quien evita dar apoyo en público ante el escándalo del 'Mastergate'. El hecho es que Cifuentes no está dipuesta a marcharse y fuentes de su entorno avisan de que sólo lo hará si Rajoy se lo pide. Pero el presidente estira los plazos de la decisión y evita cualquier gesto que apunte en esa dirección, o la contraria, mientras carga contra Cs y la oposición, que a su parecer, no están en condiciones de dar consejos.

"No existe ninguna razón para romper un acuerdo que se cumple y es bueno para los ciudadanos de Madrid, no entiendo la posición de Cs en esta materia. Cifuentes ha dado explicaciones, la universidad está tomando medidas sobre qué ha pasado y hay una investigación" ha expuesto Rajoy en la rueda de prensa conjunta con su homólogo de Dinamarca, Lars Løkke Rasmussen, este viernes en la Moncloa, donde se han reunido de visita oficial. La cuestión es que estas palabras podrían apuntar, de momento, en la línea de sostener a Cifuentes, pero con todos los interrogantes abiertos.

Así las cosas, el líder del PP se ha mostrado indignado con el PSOE, que ha presentado la moción de censura contra Cifuentes –y que tiene como plazo máximo para celebrarse el 7 de mayo. Rajoy ha pedido "coherencia y congruencia entre declaraciones y hechos, a la vista de los datos que hemos visto en las últimas horas. Consejos vendo y para mí no tengo" se ha descargado el jefe del ejecutivo, ya que el portavoz socialista a la Asamblea de Madrid, José Manuel Franco, ha reconocido que no habría cursado la licenciatura de Matemáticas, y aun así, criticarían a su baronesa.

La cuestión es que la formación naranja no está dispuesta a dar marcha atrás, como recordaba el vicesecretario general José Manuel Villegas el miércoles, y dará apoyo a la moción de censura de PSOE y Podemos, si el PP no fuerza la salida de Cifuentes y nombra a otro candidato antes de final de mes. Y de mientras, los populares dudan de que el presidente se arriesgue a hacer evidente la cesión ante Albert Rivera. "Rajoy nunca se ha dejado presionar por aquello que digan los medios de comunicación o los miembros del partido" avisaban fuentes veteranas y próximas al líder.

El caso, de hecho, recuerda a Murcia, dónde según Villegas "se tomó tarde una decisión que desde el minuto uno se hacía evidente" exponía. Entonces, los populares tardaron en forzar la salida de Pedro Antonio Sánchez, imputado por la Púnica, casi 50 días después del escándalo, como exigía Cs. Pero en el PP hay división de opiniones entre los que creen que no hacen falta más sacrificios, sino cerrar filas, como pedía la ministra y secretaria general Maria Dolores de Cospedal, y los que, como el coordinador general Fernando Martínez Maíllo, creen que nadie está "por encima de las siglas del partido".