La Mesa del Parlament ha hecho saber a primera hora de la tarde que la presidenta de la cámara, Laura Borràs, ha quedado suspendida de derechos y deberes como diputada en aplicación del artículo 25.4 del reglamento. La Mesa ha acordado también la suspensión de todas sus atribuciones como presidenta. A partir del mismo momento en que se ha aprobado el acuerdo, ha perdido derechos tan básicos como asistir a los plenos del Parlament o cobrar el sueldo de diputada. Y no obstante, ha dejado claro que no tiene intención de renunciar al cargo y que manteniéndose fuerza una "situación de interinato". En la práctica, el Parlament tendrá una presidenta que ni siquiera está autorizada a entrar en el hemiciclo.

🔴 Laura Borràs, suspendida como presidenta del Parlament | DIRECTO

A partir de ahora, la cámara catalana se tendrá que regir por el artículo 40.1 del reglamento que establece que "en caso de vacante, ausencia o impedimento del presidente del Parlament, los vicepresidentes, por orden consecutivo, lo tienen que sustituir con los mismos derechos, deberes y atribuciones". Esto quiere decir que, a partir del momento en que se hace efectiva la suspensión, asumirá las funciones de Borràs, en primer lugar la vicepresidenta primera, la republicana Alba Vergés, y, en caso de ausencia de esta, la vicepresidenta segunda, Assumpta Escarp, del PSC.

No habrá paso al lado

La presidenta insiste en que el juicio contra ella por prevaricación y falsedad documental durante su etapa al frente de la Institució de les Lletres Catalanes se enmarca en un procedimiento de lawfare, y ha dejado claro en público y en privado, tanto a través de Twitter y en rueda de prensa, como esta misma mañana ante los diputados de su grupo, en la Mesa y en la comparecencia final en el salón de audiencias, que no tiene ninguna intención de renunciar al cargo. "Manteniendo mi puesto fuerzo una situación de interinato. Ninguna facilidad a los represores y a sus cómplices", ha sentenciado.

El secretario general de Junts, Jordi Turull, le apoyó en este sentido durante la reunión extraordinaria de la ejecutiva de Junts de este martes, después de que algunas voces plantearon la necesidad de un paso al lado de la presidenta. Por lo tanto, no se la podrá sustituir formalmente, aunque sea la vicepresidenta quien asuma sus funciones.

Por su parte, ERC, que no tiene ningún interés en permitir que esta situación provoque una crisis en el Govern, ha garantizado que está dispuesta a buscar un acuerdo en los términos que proponga Junts a fin de que el partido que preside Borràs pueda recuperar el liderazgo del Parlament y se pueda así restituir el acuerdo al que llegaron las dos formaciones esta legislatura, según el cual los republicanos asumían la presidencia de la Generalitat y Junts la presidencia del Parlament. De momento, la portavoz de ERC, Marta Vilalta, ha dejado claro que el objetivo del partido es que Vergés asuma las responsabilidades que sea necesario mientras no haya un acuerdo en otro sentido.

Ceder la vicepresidencia de Vergés a Junts

Dado que una revocación forzosa del cargo ahora mismo no se contempla, la vía que se plantea para que Junts pueda recuperar las funciones de la presidencia sería asumir la vicepresidencia primera, lo cual le permitiría recuperar la dirección de la institución sin necesidad que la presidenta renuncie. Así se asegura en los pasillos del Parlament, donde se apunta que esta posibilidad habría sido abordada por Junts con Esquerra.

En este sentido, miembros del grupo parlamentario de Junts habrían planteado incluso que la alcaldesa de Vic y diputada, Anna Erra, asumiera la vicepresidencia primera de la Mesa, lo cual requeriría previamente que Alba Vergés renunciara al cargo. De rebote, eso obligaría a Aurora Madaula, que ocupa la secretaría segunda de la Mesa, a renunciar también al cargo para que lo pudiera ocupar Vergés y así recuperar el peso de los republicanos en la Mesa del Parlament. Eso representaría que Madaula, miembro del núcleo más próximo a Borràs, quedara fuera de la Mesa.

Inhabilitación

Este escenario se está dibujando en el grupo parlamentario, porque en el partido, donde cualquier movimiento en los complejos equilibrios entre el sector Borràs y el sector Turull despiertan todo tipo de susceptibilidades, se rechaza que se haya hablado de esta alternativa, que obligaría a apartar a una persona de la máxima confianza de Borràs, como es Madaula.

En cualquier caso, la suspensión llega los últimos días del curso, por lo cual, las alternativas que se plantean difícilmente se materializarán antes de septiembre, lo cual dejará la dirección del Parlament durante las vacaciones parlamentarias en manos de la diputación permanente encabezada por Vergés. La vicepresidenta tendrá que decidir sobre cuestiones tan prosaicas como en qué situación queda el personal que integra el gabinete de Borràs.

La solución definitiva de todo llegará en el momento en que se celebre el juicio a finales de este año o comienzos del próximo. La Fiscalía ha pedido seis años de prisión y 21 años de inhabilitación contra Borràs. En caso de que hubiera una sentencia condenatoria, tendría efecto inmediato, dado que se trata de un delito contra la Administración pública, sin necesidad de esperar a la sentencia firme. Si la sentencia es a favor de Borràs, la suspensión tendría que quedar revocada.

Hoy la Mesa ha permitido que Borràs utilizara a primera hora de la tarde el salón de audiencias para hacer su última intervención, ya suspendida como presidenta. También se le ha permitido utilizar el coche oficial para marcharse del parque de la Ciutadella. Antes de abandonar el palacio ha sonado, en este caso por error, el timbre con el que se señala la salida del edificio de los presidentes del Govern y del Parlament.