Consecuencias. El president Carles Puigdemont ha aprovechado la rueda de prensa de este martes, celebrada conjuntamente por los principales actores del independentismo en el Parlamento Europeo, para señalar directamente al Estado como principal responsable del ciberespionaje masivo que destapó ayer mismo el New Yorker en un artículo. El acto, que ha contado con la presencia de Oriol Junqueras, Carles Riera, Elisenda Paluzie y Xavier Antich, ha levantado mucha expectativa para ver cómo reaccionaría el soberanismo ante el CatalanGate, con una sala llena de periodistas catalanes y también internacionales. Con todo, ha servido para que Puigdemont haya encontrado el escenario idóneo para cargar contra La Moncloa, a quien ha acusado de estar detrás del caso.

"El Gobierno no puede hacer ver que no ha pasado nada, que todo tiene que continuar como hasta ahora", ha avisado. Y es que ha recordado que las informaciones destapadas revelan que el independentismo ha sido espiado durante casi una década, coincidiendo precisamente con el periodo en que el soberanismo estuvo más fuerte. "Esto cambia las cosas", ha afirmado. "Tenemos que orientar nuestras acciones teniendo en cuenta esta nueva realidad", y ha reclamado que el espionaje político perpetrado por el gobierno central tenga "consecuencias políticas".

 

Además, el president también ha subrayado que las relaciones con La Moncloa, que ya eran complicadas, todavía se han agravado más. "No es igual tener delante a un gobierno en el que puedes confiar que uno que te puede espiar", ha destacado. El líder de Junts ha criticado que el PSOE diga defender el diálogo con Catalunya cuando, al mismo tiempo, ha estado participando en una gran "trama criminal" contra el independentismo. Y también ha hecho referencia a la negociación con el Estado, una estrategia por la cual aboga Oriol Junqueras. En este sentido, ha advertido de que no existe el diálogo, y sí que lo hace "una violación masiva" de los derechos de muchos catalanes. Así, ha reclamado que el soberanismo deje de dar su apoyo al Gobierno, en una clara alusión al posicionamiento de ERC.

Oriol Junqueras lo ve diferente

"La negociación es una herramienta importante, que no queremos ceder de ninguna manera a quien no se la merece. El Gobierno no se la merece, y no pensamos regalársela en ningún caso", ha dicho el presidente de los republicanos. Ahora bien, ha sido claro en el objetivo de su mensaje: Esquerra Republicana quiere mantener el diálogo no tanto porque cree que el Estado acabará cediendo, sino porque sirve para fortalecer el movimiento independentista a escala internacional. "Muchos nos miran y creen que la negociación es una herramienta útil. Cuanto más la utilizamos, más nos empoderamos ante el Estado", ha clamado. En esta línea, se ha referido también con preguntas retóricas: "Cuando conseguimos que el estado español se siente en la mesa de negociación, y simultáneamente se hace público que nos espía, ¿quién acumula capital político? Sin duda, el independentismo catalán, ante la mirada internacional".

 

Y es que Junqueras no ha desperdiciado la oportunidad también para mostrar su rechazo al Gobierno, afirmando que ERC solo da apoyo a aquellas medidas en el Congreso de los Diputados "que sean buenas", y "no da apoyo a ningún partido político en ninguna cámara". "Tenemos la fuerza que tenemos, y la usaremos como la usamos siempre, siendo exigentes en esta cuestión", ha advertido. Incluso ha lanzado un dardo directamente a los socialistas, avisando de que "no hay ningún proyecto político más opuesto al de Esquerra Republicana que el del PSOE". Es así como ha defendido que los republicanos se mantengan cautelosos con respecto al PSC en las instituciones catalanas.