El presidente de la Generalitat en el exilio, Carles Puigdemont, se muestra muy desconfiado sobre los supuestos cambios que el gobierno de Pedro Sánchez tendría que llevar a la situación de Catalunya. En una entrevista en el semanario alemán Der Spiegel, el presidente en el exilio pone en duda las intenciones de Sánchez.

"Sabemos que cuando los socialistas estuvieron en el gobierno, no querían el federalismo", recuerda Puigdemont, al ser preguntado por una posible reforma federal de Sánchez. "No podemos ser tan ingenuos como para pensar que ahora son serios" en este tema, concluye. 

Preguntado por si el ascenso de los socialistas es la oportunidad de encontrar una solución para Catalunya, Puigdemont recuerda que "Sánchez también votó en el Senado por la intervención forzada" y que "un miembro de su partido ha comparado el movimiento independentista con una enfermedad viral", en referencia a las declaraciones del ahora ministro de Exteriores, Josep Borrell.

"Sólo hay un partido en España a favor de la celebración de un referéndum vinculante en Catalunya: la nueva izquierda de Podemos", aclara Puigdemont que, a la vez admite que "hay un tono diferente con del gobierno socialista".

Quim Torra, limitado

En la entrevista, el presidente en el exilio también valora la relación que tiene con el presidente Quim Torra y la tarea de este al frente de la Generalitat. Puigdemont asegura que escucha a Torra ya que "estamos en el mismo equipo y nos coordinamos". Pero apunta que, a pesar de ser "el jefe de gobierno en Barcelona", "todo el mundo sabe que su margen de maniobra es muy limitado".

En cuanto a sus posibilidades en Bélgica, presenta varios puntos de vista: "Un análisis pesimista me situaría en la prisión durante muchos años. Si somos optimistas, pensamos que volveremos pronto a casa y que todo el mundo será liberado". Puigdemont asegura que trabajará para que se cumpla este último escenario y que tiene "una gran confianza" en la justicia europea y en el Comité de los Derechos Humanos de la ONU.

El presidente, de vuelta en Waterloo después de cuatro meses en Alemania a la espera de una decisión judicial, dice que quiere "continuar el trabajo donde lo dejó". "He viajado a Dinamarca, a Suiza y a Finlandia para dar conferencias, y lo seguiré haciendo".