La carga de la CUP esta mañana contra el expresident Artur Mas ha irritado al president, Carles Puigdemont. "Felizmente lo que tiene que ser políticamente Catalunya no lo marca la CUP. La CUP puede tener la papelera de la historia llena, pero a nosotros nos gusta el reciclaje", ha reprochado en un breve contacto con la prensa en Washington.

El expresident ha comparecido en la Comisión de Asuntos Institucionales del Parlament, a raíz de las declaraciones de Felix Millet y Jordi Montull en el caso Palau cuando acusaron a CDC de cobrar comisiones, y allí ha protagonizado un cara a cara con los cupaires después de que al diputado Benet Salellas le ha desafiado reclamando: "Estaría bien que encontrara su momento y que dejara de defender este proceso que de lo que va es de derrocar el régimen que dirigía".

La CUP no marca la agenda

Puigdemont no ha escondido la contrariedad por las palabras de los cupaires y ha insistido que el liderazgo político del expresident Mas "no sólo no es prescindible sino que es muy necesario, quizás más que nunca en estos momentos, por su pericia, su disposición". "Lo que diga la CUP, que no es nuevo, porque ya lo había dicho, a nosotros no nos marca la agenda política", ha advertido.

Puigdemont ha hecho estas declaraciones después de firmar en la capital norteamericana un acuerdo de colaboración, a través del Institut Català del Sòl (ICS) con la Fundación Wilson Center en materia de desarrollo urbano.

El caso Homs, insólito e inédito

Al acabar el encuentro, en la sede de la fundación, el president ha valorado también la inhabilitación de Francesc Homs, que hoy se ha hecho efectiva en el Congreso de los diputados en Madrid. Puigdemont ha descrito esta sentencia como un castigo a todos los votantes que apoyaron a las propuestas que representan Homs, Mas, Joana Ortega y Irene Rigau.

Ha insistido en que se trata de un caso "insólito e inédito en democracia" la inhabilitación de un político "por sus convicciones políticas y por haber ayudado a la gente a votar" y ha sentenciado que "este modelo de democracia no es el nuestro". "Queremos construir uno diferente, mucho mas robusto, mucho mas sólido," ha remachado.