El South China Morning Post es el diario de referencia de siempre de Hong Kong y uno de los más influyentes de Asia. Es propiedad de Alibaba, el gigante chino del comercio electrónico. Ha buscado la opinión del presidente Carles Puigdemont para un largo reportaje sobre las semejanzas y diferencias entre los movimientos independentista catalán y el demócrata de Hong Kong. Puigdemont se arranca con una consideración geopolítica: "Muy pronto, China [...] se convertirá en el país más poderoso del mundo", dice. "Eso comporta la gran responsabilidad de entender el origen de las civilizaciones de todo el planeta. Si el [presidente chino] Xi Jinping se comporta implacablemente no enviará un buen mensaje al resto del mundo", añade.

El autor del reportaje, Stuart Lau, un especialista en la revuelta en Hong Kong, describe Puigdemont como "la cara del movimiento independentista de Catalunya". El presidente exiliado expresa "admiración por la gente de Hong Kong que resiste y enseña al resto del mundo formas muy interesantes de defender la democracia. Todo eso es muy inspirador para nosotros", dice.

Los manifestantes de Catalunya y Hong Kong pueden compartir tácticas y apoyo moral, pero Puigdemont piensa que el gobierno de Pekín no puede aprender gran cosa de su homólogo español. "Mi recomendación a las autoridades es que respeten los derechos humanos fundamentales", concluye.

Semejanzas...

Los dos movimientos se parecen en que "compartimos la misma determinación de luchar por la democracia, la libertad y la justicia", según Elisabet, una estudiante catalana que aparece en el reportaje.

Para Lau, la influencia de las protestas de Hong Kong en Catalunya "es más bien táctica", y cita el bloqueo del aeropuerto del Prat. La solidaridad entre unos y otros se basa también en la percepción compartida de la represión policial. El periodista recuerda que el China Daily, el diario oficial en inglés de China, "ha publicado imágenes de la policía española golpeando manifestantes para contrastarlas con las tácticas más 'restringidas' de la policía de Hong Kong".

Ambos movimientos comparten similitudes "impactantes", según Andy Buschmann, un investigador de las universidades de Oxford y Michigan que ha estudiado las protestas en ambos lugares. Los gobiernos español y chino también son igualmente activos a la hora de hacer campaña en contra en el exterior.

...y diferencias

También guardan diferencias. "De entrada, un movimiento actúa en una democracia y el otro en una ciudad sin elecciones directas", añade Buschmann, que avisa a Hong Kong: cualquier aval a la independencia catalana "puede poner nervioso a Pekín", porque el secesionismo es una línea roja para el Partido Comunista chino.

Otra diferencia es la reacción internacional. Mientras la causa de Hong Kong tiene simpatías en el exterior, el movimiento catalán ha sido recibido con frialdad fuera de Catalunya. "Estoy muy decepcionado con la UE", dice Puigdemont al Post en este punto. "Evidentemente, no esperábamos el apoyo claro de una institución europea, pero sí que se preocuparan por la violación de derechos fundamentales".

El reportaje recuerda que el gobierno chino califica de "hipocresía occidental" el diferente tratamiento de uno y otro movimiento en Europa y en Estados Unidos. En referencia directa al movimiento independentista catalán, la portavoz del ministro de Asuntos Exteriores chino, Hua Chunying, ha acusado a políticos y a medios de comunicación europeos y de EE.UU. de hacer la vista gorda a la represión española contra los manifestantes catalanes y quejarse cuando China hace lo mismo con los de Hong Kong.

Otra diferencia significativa, sigue el reportaje, es la dirección. Puigdemont era el presidente de un gobierno, como ahora lo es Quim Torra, mientras que el movimiento de Hong Kong no tiene un liderazgo claro y arrancó al margen de los políticos.