Diez días después de que salieran a la luz las primeras informaciones que relacionaban al ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, y el ya exjefe de la Oficina Antifrau, Daniel de Alfonso, con una trama de conspiraciones contra políticos independentistas, Público ha entregado a la Fiscalía General del Estado las casi cuatro horas de grabaciones filtradas.

El rotativo asegura que ha entregado los documentos a la Fiscalía "por si procediera realizar de oficio algún tipo de actuación o diligencia, sin hacer valoración jurídica alguna sobre su objeto y contenido".

La policía ya se personó en la redacción del medio el viernes pasado, pero la dirección del diario se negó a entregar los audios porque los agentes no llevaban ninguna orden judicial. El diario recibió las grabaciones de forma anónima en la redacción.

Ahora, sin embargo, la dirección del rotativo pone de manifiesto que "siempre ha estado dispuesto a colaborar con la Justicia para aclarar si estas conversaciones y sus consecuencias constituyen algún tipo de delito", aunque se lamenta de que el Ministerio del Interior sólo "se limite a perseguir la fuente de la filtración, como si revelar actuaciones impropias de un alto cargo del Ejecutivo fuera delictivo".

Además, el medio ya sacó ayer a la luz que las conversaciones fueron grabadas por uno de los participantes -ellos apuntan a que De Alfonso grabó con su propio móvil porque su voz se escucha "perfectamente" y la de Jorge Fernández, no-, hecho por el que carga contra el ministro en funciones por acusar públicamente de "conspiración" y de actividad "mafiosa" a los periodistas alegando que la difusión de las grabaciones es un delito.

El círculo queda cerrado, pues, con la destitución de De Alfonso como jefe de la Oficina Antifrau votada por casi todos los diputados del Parlament, menos los del PP, -que volverá a hacer de juez en la Audiencia de Barcelona- y con una carta suya de despedida en la que pide disculpas "a todos y todas sin excepción, a quien haya podido molestar en algún momento durante estos días".

Eso sí, todo ello ha sucedido sin coste político para el ministro en funciones, que sólo se ha centrado en condenar que se hayan filtrado las grabaciones, y ni siquiera ha comparecido en el Congreso para dar explicaciones.