La gestora del PSOE ha visto contradicha la máxima sobre que la discusión del concepto 'nación' no tiene cabida en Ferraz, y lo aceptará en el marco de la negociación entre el Partido Socialista de Euskadi (PSE) para la formación de gobierno con el futuro lehendakari del PNV, Iñigo Urkullu. El partido de Idoia Mendia ha acordado con los jeltzales que en el plazo de 8 meses se emprenda este debate a instancias de la reforma del Estatuto de Gernika (1980). Son términos similares por los que el PSOE se había enfrentado antes con el PSC, y que han comportado la reformulación de sus relaciones.

Por una parte, que la reivindicación por el derecho a decidir en el acuerdo se circunscriba a su ejercicio "pactado dentro del ordenamiento jurídico vigente en cada momento". Así, los partidos se han comprometido a que ambos puedan defender "con libertad" sus posiciones en la ponencia que tiene que tener lugar para actualizar el Estatuto autonómico, 36 años más tarde que el primero fuera impulsado y 18 años después de que forjaran su primer gobierno de coalición. El hecho no conlleva que los socialistas acepten en resultado del debate –a modo de negociación– pues en un parlamento se presume de que se puede hablar de todo.

Por otra parte, dejar que se aborde el reconocimiento de Euskadi como "nación" supone para el PSE el hecho desdecirse de cuestiones que habían rechazado en el pasado, como la propuesta soberanista del exlehendakari Juan José Ibarretxe entre 2003-04. De hecho, la misma Mendia –que reclama más autogobierno– había impulsado un polémico spot de campaña donde criticaba el uso del vasco en la administración era una forma de exclusión. Además, guarda contradicción con que el exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, no negociara para su investidura con ERC y el PDECat para defender la nación.

Así y todo, no es descartable que el concepto de "nación" se acepte en Ferraz, pero si se fija con claridad que no tendría efectos jurídicos –a modo de nación cultural o histórica, como ha dicho Idoia Mendia–. De hecho, el problema que el PSOE tenía con anterioridad cuanto a ese término es que abriese la puerta al soberanismo. Por eso, Pedro Sánchez dijo a ERC y al PDECat que no las podía reconocer como tal, ya que eso iría ligado con la posibilidad de hacer una consulta en Catalunya. El propio presidente de la gestora, Javier Fernández, dijo que "nación jurídica sólo hay una", tras verse con el PSC.

La polémica emerge porque la propuesta del PSE puede sugerir comparación con la vía canadiense y debate sobre la plurinacionalidad promovidos por el PSC. El primer secretario Miquel Iceta ha recibido toques de atención del PSOE por defender que si una reforma constitucional era rechazada en Catalunya, entonces se podría ejercer una consulta legal por la autodeterminación. Al respecto, fue Javier Fernández quien reprobó Iceta en un comité federal alegando que se alejaba de la Declaración de Granada (2013) donde se acuerda el federalismo como modelo.

Ahora bien, parece que desde el PSOE sí verían diferencias entre los casos de PSC y PSE. En Euskadi estarían por ahora menos preocupados, por el talante constitucionalista del PNV. Por eso, creen sintomático de que los jeltzales hayan querido pactar con los socialistas, y no con otros partidos que sí reivindican un soberanismo que abra la puerta a la separación del Estado. A su vez, hay quien considera que el PSC, en cambio, sí estaba promoviendo una consulta como tal –que el PSOE no quiere– y que se manifestaba a favor de la multinacionalidad.

Pero ante ese escenario, la gestora mira hacia otra parte. Públicamente el portavoz Mario Jiménez emitía hace unos días un comunicado donde decía que tenía que estudiar el documento entre el PSE y el PNV para valorar su "contenido y alcance". Las palabras venían después de que en privado Fernández hubiera llamado a Mendia dos veces. Y cuando el pacto ya era público, Jiménez seguía afirmando que no lo conocía "con concreción", pero que de entrada sería "bueno para España", pues dejaba fuera a Bildu y Podemos de acceder a la lehendakaritza.

El mar de fondo de este conflicto es la guerra soterrada que se vive por el control del PSOE en Madrid de cara al 39 congreso federal de la formación. La gestora de Fernández es próxima a las tesis de la lideresa andaluza Susana Díaz y contraria a singularidades de los partidos de la federación. Y por su parte, Mendia e Iceta se han erigido como una de las baronías del lado de Sánchez, si es que este materializa su objetivo de presentarse como nuevo líder de la formación morada. Eso, una vez haya acabado la gira del exsecretario general por recuperar el partido.