Nueva discrepancia entre los socios del Gobierno, una vez más, por Catalunya. Como en anteriores ocasiones, la visita del rey Felipe VI en la planta de Seat en Martorell (Baix Llobregat) ha generado indignación entre el independentismo y la plantada del Govern, hecho que ha provocado críticas por parte del PSOE y el PSC pero el apoyo incómodo de los comuns.

Una de las dirigentes socialistas en cargar contra el Ejecutivo en funciones que lidera Pere Aragonès ha sido la ministra de Defensa, Margarita Robles. Ha acusado al Govern de no saber estar "a la altura de las circunstancias". "Pretende potenciar la economía de Catalunya y de toda España y, por lo tanto, una vez más, no han sabido estar a la altura de las circunstancias", ha dicho.

Es por este motivo que la ministra ha afirmado que no puede compartir en absoluto" la actuación del Ejecutivo, ya que, ha insistido, "lo que importa siempre son los ciudadanos", que merecen que "haya un mayor desarrollo económico que genere riqueza y puestos de trabajo".

El candidato del PSC a la presidencia, Salvador Illa, también ha cargado contra Aragonès para no asistir. "Que Volkswagen Group, la Moncloa e Iberdrola unan esfuerzos por producir coches eléctricos a la planta de Seat de Martorell es una inyección de energía para la economía catalana", ha celebrado.

Por parte del PSC, el diputado en el Congreso José Zaragoza ha ido un paso más allá, como acostumbra hacer, y ha asegurado que la manifestación convocada por la Assemblea, Òmnium y los CDR es "en contra de los trabajadores de Seat" y contra el monarca español.

En este sentido, el parlamentario socialista ha reflexionado que la protesta "la pueden hacer en cualquier otro lugar y cualquier otro momento", y ha acusado a los impulsores de la manifestación de poner en riesgo las inversiones en la planta automovilística, cosa que ve una irresponsabilidad.

Los comuns, callados e incómodos

Quien no ha dicho nada han sido los comuns. Conscientes de los equilibrios que se requieren para proclamarse republicanos y a la hora estar en el Gobierno, el espacio que lidera Jéssica Albiach ha optado por mantener el silencio y llenar el timeline de sus redes sociales con la promoción del 8-M, aprovechando su proximidad. El único pronunciamiento, tímido, lo ha hecho la misma Albiach en una entrevista a TVE donde ha asegurado que entendía la plantada de Aragonès por los casos de corrupción que rodean la monarquía.

El cierto es que la visita del Rey a Catalunya es muy incómoda para la formación morada. Por una parte no pueden criticar al Govern por no recibirlo por su condición de republicanos, pero por el otro tampoco pueden manifestarse en contra -cómo hace el independentismo- por la presencia del mismo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el acto.