Vuelve la guerra entre facciones al PSC por la recuperación parcial del derecho a decidir que el partido había defendido durante la etapa de Pere Navarro al frente de la organización. La dirección actual, encabezada por Miquel Iceta, quería abrir el debate sobre la vía canadiense, es decir, contemplar la posibilidad de consultar por la secesión en caso de fracaso en Catalunya de la reforma constitucional, pero los poderosos lobos del área metropolitana se le han echado encima.

La iniciativa ya la habían defendido en entrevistas Iceta o Carme Chacón, pero no se había planteado dejarlo por escrito, en el marco del Congreso nacional que estará el mes de noviembre, y donde se votará también por el nuevo liderazgo de la formación. La idea hizo saltar las alarmas en las agrupaciones más conservadoras, que no habían sido consultadas, y forzaron el sábado la retirada de la votación en el consell nacional, órgano máximo de decisión, de la ponencia política. Antoni Poveda, alcalde de Sant Joan Despí, fue uno de los más críticos con la forma y el contenido de la propuesta, intervención a la que se sumaron otras personas como el exsenador Carles Martí.

"No queríamos poner barreras a un debate que había abierto", defienden fuentes de la calle Nicaragua, si bien esperaban que se generaran "discrepancias" en el encuentro. Ahora, explican, hará falta que las diferentes agrupaciones presenten sus enmiendas o sus propias propuestas para elaborar una memoria final para, finalmente, en un proceso que durará 4 meses, escoger a los delegados que voten sobre este documento de estrategia futura del partido.

Ataque metropolitano

"No tiene sentido poner el carro delante de los bueyes", se quejan fuentes de la federación barcelonesa a este diario. "Sólo se puede hacer la reforma constitucional si hay un amplio consenso" y, por tanto, concluyen que una opción B no encaja. Además, aseguran que esta posición es "minoritaria" dentro del partido y entre el electorado.

En cualquier caso, desde el Baix Llobregat intentan rebajar la tensión. Fuentes cercanas a Poveda explican que no quería criticar el contenido, sino la forma en como se había hecho la propuesta. Si bien evitan decir nada más sobre el tema, reivindican que hay unidad en la federación torno a la opinión expresada y es que "es un debate interno" que no debería haber surgido así "en medio de las negociaciones para la gobernabilidad de España ".

Línea PSOE

El planteamiento, conocido la semana pasada, ya generó malestar en el sí del PSOE de Pedro Sánchez. Oficialmente sólo se escucharon las palabras de la secretaria de ciencia, participación y política en red, María González, que dijo que no compartía la propuesta y que esperaba que "no prosperara".

Eso sí, los barones no tardaron en hacer ruido. El presidente de Asturias, Javier Fernández, reivindicó que "la inmensa mayoría del partido estará en contra de esta consulta sólo por Catalunya sobre una eventual secesión". También el de Castilla la-Mancha, Emiliano García Page, que aseguró que el planteamiento dejaba en "estéril" la reforma de la Carta Magna.