Los siete magistrados del bloque progresista del Tribunal Constitucional —que desde este lunes son mayoría— han fracasado este martes en ponerse de acuerdo para proponer un único candidato a la presidencia de la institución. Es decir, que finalmente Cándido Conde-Pumpido y María Luisa Balaguer competirán este miércoles para este lugar. Asimismo, el nombre que suena con más fuerza para convertirse en el vicepresidente del organismo es Ricardo Enríquez.
El Pleno para escoger al nuevo presidente del Tribunal Constitucional estaba previsto que se celebrara este martes, pero finalmente se ha celebrado el miércoles. La versión oficial que dio el tribunal de garantías era que se daba un día de margen a los nuevos magistrados para tomar contacto con su nuevo lugar de trabajo. Ahora bien, resulta evidente que la rama progresista necesitaba un poco más de margen para saber cuál sería definitivamente al candidato a presidir la institución.
Los dos nombres con más posibilidades, y que aparecían a todas las quinielas, eran los de Cándido Conde-Pumpido y el de María Luisa Balaguer. El primero de los dos, exfiscal general, era el favorito de los progresistas desde el primer momento. Pero tenía un problema: los conservadores no veían con buenos ojos su nombramiento porque lo veían demasiado próximo a las tesis de La Moncloa. Por otra parte, Balaguer no recibía tantos apoyos por parte de la bancada progresista, pero sí de la conservadora, al considerarla a una magistrada de posiciones más centristas y, por lo tanto, una candidata para tener una presidencia más amena para las dos trincheras del tribunal de garantías.
Lejos de aceptar que el candidato favorito de los progresistas era Pumpido, Balaguer ha insistido en las últimas horas en la pugna para presidir el Constitucional, y habría comunicado a su entorno que no se retiraría de la carrera. Por este motivo, los magistrados progresistas se vieron obligados a reunirse el martes con el fin de pactar entre ellos cuál sería finalmente el candidato a liderar la institución.
Despido de Trevijano repleto de dardos
La pugna para escoger a un nuevo presidente del Tribunal Constitucional llega después de que abandonara este cargo Pedro González-Trevijano. El magistrado se despidió este lunes de su cargo con un discurso repleto de dardos dirigidos al Gobierno y al independentismo. En su despido, cargó contra las intenciones que tenía La Moncloa de reformar el poder judicial de manera exprés ante el bloqueo permanente que había (y, en parte, todavía hay) en la justicia española a causa del CGPJ y del PP. Rechazó las "reformas precipitadas" y defendió la soberanía del órgano que ha estado presidiendo en los últimos meses.
Además, cargó contra el independentismo y cualquier intento de celebrar un referéndum de autodeterminación, sea pactado o no. Insistió en que en el Estado, la soberanía para decidir el futuro de uno de sus territorios corresponde a la "soberanía nacional", la de todos los ciudadanos españoles; e hizo una alabanza, en este sentido, al régimen del 78.