Después de más de dos años y medio de insultos y amenazas contra el president en el exilio, Carles Puigdemont, un juzgado ha sancionado el primer caso. Así lo ha anunciado el abogado del president y diputado en el Congreso, Jaume Alonso-Cuevillas, a través de las redes sociales.

El caso sancionado es el de un hombre a caballo que profirió varios insultos contra Puigdemont e incluso deseó que lo violasen una vez entrara en prisión. La condena dictada por el juez es de una multa administrativa de dos meses a razón de 20 euros al día, que suma un total de 1.200 euros de multa.

"Muy preocupante el posicionamiento de la Fiscalía"

En sus tuits, Cuevillas ha lamentado que la sanción sea tan leve en relación a los hechos y ha lamentado que la Fiscalía los haya banalizado e incluso haya pedido la absolución, aunque ha celebrado que después de 32 meses, haya llegado la primera condena a las numerosas denuncias que han interpuesto.

Por otra parte, Cuevillas se ha preguntado que si este mismo caso hubiera sido contra "cualquier político defensor de la unidad de España" la Fiscalía hubiera pedido la absolución del denunciado y si la condena hubiera sido igual de blanda.

En el caso de la Fiscalía, la sentencia recoge que durante el juicio puso en entredicho las “expresiones intimidatorias” del posteriormente condenado porque había que contextualizarlas en el “conflicto político de aquellas fechas”, y porque “sin negar la naturaleza vejatoria, no logran un mínimo exigible de antijuridicidad penal como amenazas, por la entidad insuficiente”.

La fiscalía consideraba, así, que había “dudas de seriedad en el peligro” que pudieran representar para Puigdemont estas publicaciones. En este sentido, en una de las fotografías difundidas el condenado empuñaba un arma. El fiscal afirmó durante el juicio que no se podía saber si era “real o simulada”.

Puigdemont felicita a Cuevillas

Después del anuncio de la condena, el president Puigdemont ha agradecido el trabajo a Cuevillas y ha asegurado que persistir, a pesar de tenerlo todo en contra, "es una divisa que no hemos abandonado nunca", en relación a la judicialización de los insultos y amenazas que se le han proferido desde que marchó al exilio.