El que peor lo lleva es ABC, que tiene el nervio de titular en portada "Rueda de presos", nombre rancio de "rueda de reconocimiento", término que designa la práctica policial en que una persona sospechosa es colocada entre otras para que pueda ser identificada por un testigo. La rabieta tiene que ser de grueso calibre si su consecuencia es un titular tan iracundo y odioso, que solo se entiende si quieren humillar a los presos políticos que ayer acudieron al Congreso y al Senado a acreditarse como diputados y senador. El ambiente en la reunión donde se tomó la decisión de publicar ese titular debía estar muy cargado. Y dejémoslo aquí, que el resto es fácil de imaginar.

La gracia —o la desgracia— es que no pueden esconderlo como hacen desde hace días con el juicio, concretamente desde que empezaron a declarar los testigos de las defensas. Hoy, sin embargo, en todas las portadas tienen que identificar a los "presos" y, al mismo tiempo, explicar que son parlamentarios, ilustrando la cosa con su foto acreditándose como tales. Parlamentarios presos o presos parlamentarios —ninguno quiere decirlo.

Todos se afanan por evitarlo. Tratan de taparlo con escarnios o con el recordatorio analgésico de que se estudia su suspensión, como si eso no agravara la anomalía. El Mundo no lo lleva como noticia principal, se asegura de ahorrarse la foto en portada y destaca el aprieto que supondrá para la presidenta Batet y el resto de la Mesa decidir si los suspende. La Razón carga quejándose de que el Supremo no castigue a los presos políticos, que ignoraron la prohibición del tribunal de hacer declaraciones, y da voz a los fiscales, que lo ven "una tomadura de pelo". ABC se indigna al considerar "el acto de propaganda" una "burla al Estado". Uy sí.

Sentencia de El País

El País tampoco abre con este asunto. Habrán sudado de lo lindo para poner "diputados secesionistas presos" en el titular. Este diario da por hecho que los suspenderán —en su crónica se expresa en términos casi imperativos, aunque legalmente puede interpretarse lo contrario. Flota en el aire una pregunta: ¿para qué reunir a la Mesa del Congreso y poner a trabajar a sus letrados si ya está El País para decirles qué deben hacer? Quizás en el diario se les comen las ganas de que así sea. Quizás es que tienen el don de profecía. Quizás les escuece que La Vanguardia se les adelantara ayer y hoy han decidido tirar por la calle de enmedio. No tardaremos en saberlo.

La Vanguardia tampoco tiene su mejor día. El titular presenta la recogida de credenciales como un acto poco práctico, casi estéril, porque los parlamentarios presos no saben "si seguirán" (¿sabe alguien "si seguirá" mañana en su trabajo?). En un subtítulo deja caer, como quién advierte una mancha mugrienta en la camisa de otro, que "aprovechan para enviar mensajes electorales". Qué escándalo. ¡Mensajes electorales de unos políticos en plena campaña electoral! Jamás se había visto cosa igual.

Queriendo o por despiste, El Periódico pone el dedo en la llaga con cierta confusión: la legislatura arranca con la incómoda realidad de cinco parlamentarios encarcelados, cinco parlamentarios que tienen intactos todos sus derechos pero que deben ir al trabajo para el que han sido elegidos escoltados por la Guardia Civil y la policía.

El conjunto de las portadas da la impresión de tomar el rábano por las hojas. Es patente su afán de disimular la situación insólita de los parlamentarios-presos-políticos y el ansia de que no vuelvan a repetirse escenas como la de ayer, que son un baño de realismo dramático y evidencian de qué va todo esto. "Parece que venga Pablo Escobar", comentó Gabriel Rufián ayer. A los diarios les ha fallado la foto de los nuevos parlamentarios bajando de la furgoneta de la Guardia Civil que los transporta desde Soto del Real. Hoy, sin embargo, la escena se repetirá otra vez y hará bueno el refrán. ¿No quieres caldo? Pues toma dos tazas.

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