La fórmula habitual que sigue tanto el Rey como al presidente español, en este caso Mariano Rajoy, en un cese de un cargo público es agradecerle al decreto de cese del Boletín Oficial del Estado (BOE) los "servicios prestados". Siempre se ha hecho así y, por lo que se ve, se sigue haciendo, pero con el paso al lado que hizo el expresident del govern Artur Mas se les pasó por alto.

El BOE del 22 de abril recoge el cese del expresidente de Murcia Pedro Antonio Sánchez López dieciocho días después de que presentara su dimisión al ser investigado por el caso Auditorio —con Mas lo publicaron sólo tres días después—, pero esta no es la única diferencia.

Con la plantilla típica de los decretos que se publican por los ceses, tanto el rey Felipe VI, como el presidente español agradecen al final del escrito "los servicios prestados" al expresidente de Murcia, cosa que no hicieron con Mas. En aquel BOE, del 12 de enero de 2016, se optó por omitir este cierre habitual por orden de la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, que declaró que "no había nada que agradecer".

Cese de Pedro Antonio Sánchez

Cese de Artur Mas

De hecho, este fue el segundo distanciamiento que protagonizó el Rey con Catalunya, después de que rompiera la tradición y dejara plantada a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, para comunicarle la investidura de Puigdemont.

La diferencia

Mas dio el paso al lado forzado por la CUP, que no lo quería como presidente para hacer avanzar el proceso, y pasó el relevo a Carles Puigdemont para poder cumplir con el mandato de la ciudadanía que dio mayoría absoluta a JxSí y la CUP el 27 de septiembre apostando por el derecho a decidir y el referéndum. Los motivos del expresidente de Murcia, sin embargo, son muy diferentes.

Pedro Antonio Sánchez dimitió sólo 24 horas antes de que el Parlamento de Murcia debatiera una moción de censura presentada por el PSOE contra él por haber pactado, entre muchas otras cosas, con Púnica el pago de la suma, a cargo de las cuentas públicas, de 3.000 euros con el fin de limpiar su imagen.

La diferencia en las dos dimisiones es clara. Uno dimitió porque la CUP no cedería si no lo hacía y no podía cumplir, entonces, con la voluntad ciudadana. El otro por estar implicado en una trama de corrupción. Con uno "no había nada que agradecer"; con el otro, sí.

Este, sin embargo, no es el único agradecimiento polémico que ha hecho últimamente el Gobierno de Rajoy. En enero de este año ya agradecieron al embajador de España en el Reino Unido Federico Trillo los "servicios prestados", después de que días antes de que saliera publicado su cese saliera a la luz un informe en que el Consejo de Estado dictaminaba, con 13 años de retraso, que el Gobierno del PP de la época, y en particular el ministro de Defensa, Trillo, había actuado de forma incorrecta al contratar un servicio de transporte aéreo que no ofrecía garantías mínimas de seguridad para las tropas que volaban entre España y Afganistán.