La nueva realidad que ha proporcionado la pandemia del coronavirus ha dibujado un nuevo escenario electoral dominado por las dos grandes fuerzas políticas que aglutinan el 55% del voto y se lo reparten en dos trozos prácticamente iguales. El PSOE iría al frente, que volvería a vencer en los comicios con un 28,7% de los votos y el PP ganaría terreno pisándole los talones con una previsión del 26%, según una encuesta que publica este lunes El Mundo. Sólo 2,7 puntos de diferencia entre todos en relación a los 7,2 que los separaron en las urnas el 10-N.

El sondeo presenta a Vox en caída libre con un 11,7% de intención de voto, lo que le llevaría a perder, de momento por muy poco, la condición de tercera bastante parlamentaria. Esta posición pasaría a ser ocupada por Unides Podem, con un 12% de los sufragios. El partido de Pablo Iglesias se situaría casi un punto (0,8) por debajo de lo que obtuvo en las elecciones de noviembre y 2,3 puntos por debajo de lo que consiguió en las de abril de 2019.

El otro beneficiado es Ciutadans. El partido de Inés Arrimadas continúa muy lejos del éxito que obtuvo en abril de 2019 (15,9%). En la repetición electoral del 10-N se hundieron con el 6,8% de los votos. Ahora, según la encuesta, empiezan a levantar la cabeza, previsiblemente por su nueva disposición a cerrar acuerdos, y conseguirían el 8,3% de las papeletas. Su posición los convierte en el aliado deseado tanto para el bloque de izquierdas, liderado por el PSOE, como para el de derechas, encabezado por el PP.

Quien sale mejor parado es el PP. que mejoran con claridad los resultados de las dos últimas elecciones, probablemente gracias a un trasvase de votos de Vox. Ahora conseguirían el 26% de las papeletas, una de cada cuatro, y se colocarían a menos de tres puntos de distancia de los socialistas.

Partidos catalanes

Con respecto a las fuerzas catalanas, ERC y JxCat, se aprecia un retroceso con respecto a las urnas de noviembre, de medio punto en el caso de los republicanos y de dos décimas en los liderados por Laura Borràs en el Congreso.

La tendencia a la bajada es más sostenida en el caso de ERC. Probablemente su acercamiento en los últimos meses al PSOE ha propiciado un trasvase de votos hacia el socialismo catalán y quizás también cabe a la CUP, teniendo en cuenta que de la caída de apoyo que registran los de Junqueras no se beneficia JxCat.