Rotura. Parecía que la guerra comercial instigada por Donald Trump y el plan de respuesta que estaba diseñando el Gobierno podía reconciliar ligeramente al PP y a la Moncloa en la búsqueda de un frente común contra los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos. Sin embargo, ha quedado en un espejismo. Hace casi un mes que el vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, se reunieron por primera vez en el marco de una ronda de contactos con los grupos parlamentarios. Ambos interlocutores estuvieron en contacto durante cinco días para perfilar el decreto que aprobaría el Consejo de Ministros. A pesar de los reproches, las críticas y los recelos, parecía que el clima era favorable a alcanzar un acuerdo.
Sin embargo, el buen entendimiento se resquebrajó después del pacto que alcanzó la Moncloa con Junts para adecuar el decreto al peso de las exportaciones catalanas. Y el clima no se ha recuperado. Fuentes de Génova aseguran a ElNacional.cat que el PP no apoyará el decreto de aranceles y “suspende conversaciones” hasta que el Gobierno “formalice avances” en sus propuestas. “La postura del ejecutivo sigue estática. Si deciden cambiarla que nos lo hagan saber. En cualquier caso, es el Gobierno el que nos expulsa”, remachan las mismas voces. “Si el Gobierno decide no apoyar a los sectores afectados con las propuestas que habían trasladado a través del Partido Popular, evidentemente el Gobierno no contará con el apoyo del PP para sus propuestas”, ha verbalizado Juan Bravo delante de los medios de comunicación esta tarde después de reunirse con Carlos Cuerpo.
En su momento, Feijóo tendió la mano a Sánchez y le reclamó un plan “mucho más amplio” de lo que había anunciado la Moncloa. “La mejor actitud es trabajar juntos para superarlo. Mi deber es ofrecer la mejor alternativa y lo haremos diciendo la verdad y fomentando la unidad de la sociedad española”, proclamó a principios de abril. “Saben muy bien que en política no hay cheques en blanco. Espero que el Gobierno escuche y entienda que el trabajo que hay por delante es ingente, mucho más amplio de lo que nos han puesto encima de la mesa”, expresó en una comparecencia en la que presentó la batería de demandas y medidas que el PP ponía encima de la mesa. “Creo que el Gobierno central ha planteado un plan con un efecto de muy corto plazo. Limitarse a proveer de liquidez mediante avales y préstamos y a reciclar partidas presupuestarias previamente existentes es totalmente insuficiente”, apostilló en ese momento.
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“No hemos venido aquí a ser muleta del Gobierno”
“Si después de 23 días lo que encontramos es el no una propuesta de acuerdo, entendemos que se han acabado las negociaciones, que deciden que no quieren tener al Partido Popular en la mesa de negociación y que vuelve el muro de Sánchez”, ha denunciado hoy Juan Bravo. “Salimos peor que entramos”, ha lamentado. El dirigente popular ha relatado que el PP había acudido a la cita confiando que la Moncloa les trasladaría una respuesta sobre “cuál era su plan o cuál era la respuesta” al plan del PP. “Incluso veníamos con un documento con una propuesta de acuerdo para poder firmar”, ha reconocido. Sin embargo, el Gobierno les ha replicado que “no se puede comprometer” y que “lo que hay ahora mismo es lo que todos conocen”.
Así que esto ha llevado al PP a desmarcarse de las negociaciones: “Nosotros no hemos venido aquí a ser parte del Gobierno ni a ser muleta del Gobierno, sino que nuestro gran objetivo era ser capaces de trasladar al BOE las propuestas de los sectores”. En concreto, Juan Bravo ha aludido a la política energética, a una fiscalidad “adaptada al momento” y a las ayudas directas al conjunto de las empresas que “sufren o que ya están sufriendo las consecuencias de la situación geopolítica”. “Ellos [el Gobierno] bloquean la posible negociación con el Partido Popular”, ha reiterado. “Cuando se nos ha llamado hemos estado. Cuando hemos estado, hemos hecho propuestas, y el Gobierno no ha querido cogerlas”, ha concluido.
“Si empieza a hacernos trampas, nos iremos”
Hace tres semanas, el mismo Juan Bravo reconoció a Carlos Cuerpo su “disposición a sentarse” con los grupos parlamentarios: “Creo que es el camino y lo que los ciudadanos esperan que nos sentemos a tratar los temas que les afectan”, subrayó durante la comparecencia del ministro en el Congreso, aunque le afeó que no quisiera dialogar con Vox. Y, aunque puso en duda el pacto entre la Moncloa y Junts, exhibió puntos de sintonía con el ministro: “He tenido la oportunidad de trasladarle que las medidas que contemplan no son suficientes y creo que usted también lo comparte”, sostuvo. “¿Quién tiene razón, los independentistas con lo que dijeron ayer o lo que dijo usted en el Senado y nos trasladó a nosotros? ¿Es por cuestiones técnicas o es por amoldarse a las exigencias de los independentistas?”, le preguntó.
Durante su discurso, parecía que habría camino por recorrer para llegar a un acuerdo, aunque advirtió de un posible naufragio. Y este es el que se ha acabado consumando. “Partimos de la presunción de que usted está aquí por los españoles y que su objetivo son los españoles. Pero le avisamos: si vemos que eso cambia y que ustedes empiezan a hacer juegos políticos con el futuro de las empresas españolas, nos iremos de las negociaciones”, avisó. “Nosotros estamos en el mismo sitio, mano tendida. Si usted también, todo sigue igual. Pero si usted es el que cambia y empieza a hacernos trampas, nos iremos”, remachó. 21 días después, el PP se ha ido.