Queda retratada, retratadísima, en las portadas de este jueves la ministra de Igualdad, Irene Montero, que acusó a los diputados del PP de "promover la cultura de la violación". Es una inculpación gruesa, ruda y desabrochada incluso para los bajos estándares del Congreso de los Diputados español, donde hace dos días se pelearon por el uso de la expresión "filoetarra" y se utiliza al por mayor el término "fascista", entre otros juramentos. Todo va que cae. En 1979 o 1980, Alfonso Guerra (un antiguo diputado del PSOE) tildó de tahúr del Mississippi a Adolfo Suárez (un antiguo presidente de la UCD) y se armó un jolgorio fenomenal por lo que era, como mucho, un mote entre sarcástico y simpático, no muy ofensivo y tirando a culto. Hoy día no es infrecuente que un diputado llame señoría fascista a otro, combinando el tratamiento de respeto con un insulto grande.

La desgracia de todo este show degradado se ve en las portadas de este jueves. Montero es la protagonista de casi todas porque se le calentó la boca —poca cosa, le pasa a menudo— y así desvió los focos de y salvó la cara al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que este miércoles tenía que dar cuentas de la masacre de Melilla, donde la Guardia Civil y las policías española y marroquí apalearon centenares de inmigrantes y dejaron al menos 23 muertos —la cifra exacta no se sabe: hay 70 desaparecidos— y decenas de heridos sin atender. ¿Matar a 23 migrantes indefensos y pobres que se buscan la vida, qué tipo de "cultura" debe ser? El ministro insiste en que no murió nadie en territorio español. Los vídeos demuestran todo lo contrario. La de la mentira es una "cultura" más conocida, tanto como la de no dimitir nunca.

Los únicos diarios que no se han dejado engañar por la pirotecnia retórica de la ministra son La Razón y El País, seguramente porque este diario y la SER, ambos del Grupo Prisa, hace días que se dedican a buscar y comprobar los argumentos de Marlaska y de los cuerpos de seguridad, es decir, a hacer periodismo, y han conseguido poner negro sobre blanco lo que todo el mundo ya sabía: que Melilla fue una carnaza. Los dos diarios abren con el ministro del interior, el tabloide pepero haciendo un juicio sobre las intenciones de Sánchez y diciendo qué tenemos que pensar —una pena— y el diario de los progres boomers explicando qué pasa y dejando que saques tú las conclusiones en vez de dictártelas.

Tiene mucha fuerza la foto de portada de El País, que ya podríamos calificar de género en sí misma. Se ve a Marlaska solo en un extremo del banco del gobierno. La primera vez que vimos una imagen así fue el 29 de septiembre de 1979, hace 43 años, quizás cuando Guerra tildaba de tahúr a Adolfo Suárez, que es el protagonista de la foto, sol, en un extremo del banco del gobierno. La foto es de la legendaria Marisa Flórez. En octubre del 2020, el diario hizo una portada pareciendo, este golpe con Santiago Abascal a solas, derecho ante su escaño, para señalar el fiasco de la moción de censura presentada por Vox. Aquí debajo las tienes las tres.

El País
El País
El País, Adolfo Suárez, 26 de septiembre de 1979
El País, Adolfo Suárez, 26 de septiembre de 1979
El País, Santiago Abascal, 22 de octubre del 2020
El País, Santiago Abascal, 22 de octubre del 2020
La Razón
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El Mundo
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ABC
ABC
La Vanguardia
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El Periódico
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El Punt Avui
El Punt Avui
Ahora
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