El PSOE ha acogido con gran malestar la salida de tono de la ministra de Igualdad, Irene Montero, cuando este miércoles ha acusado públicamente al PP de promover "la cultura de la violación". Una ministra, la presidenta del Congreso, y el portavoz parlamentario del PSOE han salido a desautorizar a la ministra de Igualdad, en una situación inusual en un gobierno de coalición, en pleno encontronazo entre las estrategias feministas del PSOE y de Unidas Podemos.

 

El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, se ha desmarcado abiertamente de las palabras incendiarias de Montero y le ha advertido que no tendría que "jugar" con este tipo de declaraciones cuando ella misma ya ha experimentado lo que es "agresividad verbal". "No me han parecido las mejores palabras después de todo lo que hemos vivido en este Congreso, y precisamente ella, que ha vivido esta agresividad verbal, no tendría que jugar con eso", ha insistido en declaraciones a los medios, en los pasillos del Congreso.

La presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, ha reprochado a la ministra de Igualdad que las expresiones usadas en su intervención no son "adecuadas en términos parlamentarios, dirigidas a un grupo parlamentario". Es totalmente inusual que en un parlamento el presidente de la cámara llame la atención a un miembro del gobierno.

En términos parecidos se ha expresado la ministra de Justicia, Pilar Llop, que también ha desautorizado a la ministra. Preguntada por esta cuestión en los pasillos del Congreso de los Diputados, Llop ha afirmado que "ningún partido demócrata que ha firmado el pacto de estado y ha votado a favor de la ley integral fomenta ningún tipo de cultura contra las mujeres". Sin embargo, ha pedido a los populares "seguir avanzando en los derechos de igualdad y de las mujeres".

La tensión entre PSOE y Unidas Podemos se pudo ver a la manifestación feminista del 25-N en Madrid, cuando aparecieron pancartas y gritos pidiendo la dimisión de la ministra de Igualdad, por las excarcelaciones que se han producido a raíz de la ley del sí es sí y por la ley trans, a la que acusan de marginar a las mujeres. Todo eso sucedió cuando en la marcha estaban presentes tres ministros socialistas, en concreto la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez; la vicepresidenta Nadia Calviño y la ministra de Industria y aspirante a la alcaldía de Madrid, Reyes Maroto. Irene Montero optó por no asistir a esta manifestación en el centro de Madrid, y participó en la del barrio de Vallecas, donde fue aplaudida.