En libertad (Ara), No pararán (ABC) y "Ganaremos" (El Punt Avui), es la secuencia de títulos de portada que explica el día que salieron los nueve presos políticos independentistas condenados por el 1-O, de las prisiones de Lledoners, Wad-Ras y Puig de les Basses. Sorprende cómo las portadas del Trío de la Bencina, e incluso la de El País, suenan asustadas por la liberación de Oriol Junqueras, Carme Forcadell, Joaquim Forn, Jordi Turull, Josep Rull, Dolors Bassa, Raül Romeva, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart. Parece que mañana mismo se proclamará la independencia como consecuencia de los indultos. ¿Por qué se extrañan de que los nueve presos salgan declarando sus convicciones independentistas intactas tras tres años y medio en chirona?
Podría ser que esos diarios quieran menoscabar los indultos como una decisión falta de razones, porque entienden que pueden concederse sólo si los condenados abjuran de su pasado y de sus convicciones —justamente lo que no son, que por eso su sustancia es la gracia, el perdón. El fondo de la cosa, para los quien los cuestiona, es que de los indultos debería seguirse la muerte civil y política de los perdonados y su desaparición de la vida pública. Es exactamente lo contrario de lo que han conseguido. Qué efectos políticos reales tendrá la libertad de los nueve presos lo sabremos a partir del martes, día en que se encontrarán el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. De momento, el primer efecto mediático es este miedo impostado e indignado de la prensa madrileña.
Los diarios de Barcelona titulan en torno a la palabra libertad. Es otro enfoque de los indultos y sus consecuencias inmediatas. Hay nueve personas libres más, con todo el simbolismo que se le quiera dar. La Vanguardia destaca la reacción del PP contra Pedro Sánchez —nada de nuevo o imprevisible— mientras que El Periódico pone el dedo en la llaga al recordar la inquietud que suscita la evaluación que tiene que pasar el Tribunal Supremo ante las instituciones europeas. Quizás aquí aprieta el zapato a los diarios impresos de Madrid.
