Entre las portadas de hoy llaman la atención la de El Periódico y la de La Vanguardia. El diario de los Moll lleva una fotografía de los disturbios que recuerda muy abiertamente a la imagen con que tan a menudo se ha ilustrado la Semana Trágica (y este Quioscos & Pantallas). En la foto, tomada desde Montjuïc, se ve la ciudad manchada por las humaredas de las iglesias y conventos quemados entre el 26 de julio y el 2 de agosto de 1909 en los disturbios en protesta por la movilización de reservistas para la Guerra de Melilla. La mayoría de los movilizados eran catalanes, de cierta edad, muchos casados, que no habían podido pagar la "cuota" con que los ricos se libraban del servicio militar. La foto de El Periódico, con el Conservatorio Municipal de la calle Bruc en primer término, impactará a los que tengan cabeza (y estómago) para hacer la asociación entre los disturbios de estos días y la Semana Trágica, en la que murieron entre 110 y 115 personas (4 o 8 policías), 441 más resultaron heridas y ardieron 80 edificios religiosos.

De la portada de La Vanguardia tiene gracia la mala sombra del titular principal, que presenta a Junts como monaguillos de la CUP a propósito de los disturbios y de las críticas al papel de los Mossos d'Esquadra en la represión. Hacer pasar por liebre este gato tiene el problema que no acaba de cuadrar con la realidad, como se ve en las declaraciones de unos y otros que recoge el mismo diario. Bueno, tampoco hay que extrañarse. Forma parte del folclore periodístico del país la inclinación del diario a mirar por el ojo izquierdo a Carles Puigdemont, sus pompas y sus obras. Junts, el partido del president exiliado, no se salvará, menos aun en asuntos de ley y orden. Es una pena que el diario no haya pensado cinco minutos más, porque el conseller de Interior proviene de Junts. Es decir, que la realidad ofrece abundante material para títulos punzantes sin necesidad de forzarla. Nada, que todos tenemos un mal día.

El Punt Avui no advierte que "inmunidad" es una palabra que a estas alturas tenemos asociada a la inmunidad de la vacuna contra la Covid-19. El titular es equívoco y alarmante hasta que te das cuenta de que hablan de la inmunidad parlamentaria de Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí. Caution.

La culpa es de Podemos

Aquí aún no se había dicho, pero hace tres días que las portadas de Madrid intentan endosar los disturbios a una conspiración urdida por Podemos. Hoy, al trío de la bencina (El Mundo, ABC, La Razón) se ha añadido El País, que ha resistido dos días. Ya estamos todos. No es que sea una gran novedad, porque Podemos es siempre culpable de todo lo que no les gusta y aburre reseñar todas las veces que esos tres diarios fabrican un nuevo mal contra el partido de Pablo Iglesias.

Ciertamente, a Podemos le ayudan poco las propuestas intervencionistas que ha dejado caer sobre la regulación de los medios o los instrumentos mediáticos que promueve su entorno, como La Última Hora, un digital que quizá no conoces, que ha difundido algunas burradas contra periodistas que señalan a Podemos. En fin, que El País ha cedido y ahora baila la conga "Podemos Malotes" en la misma cola que la derecha impresa. No todo es malo, sin embargo, porque utiliza el concepto "fractura" en un entorno ajeno al independentismo y a las familias catalanas en la Navidad. La palabra "fractura" ha ampliado la base.

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LV

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