Hoy las portadas dejarán hacer un entremés de comentarios. Para los que no han hecho la EGB, un entremés era un plato de embutidos, quesos, atún, olivas y otros acompañamientos que venía antes de los platos principales. (Quizá bastaba decir "un batiburrillo de comentarios"). Antes, sin embargo, hay que agradecer a El País que nos dé una noticia de verdad: el Ministerio del Interior de Fernández Díaz espió a Bárcenas. Lo acredita un montón de pruebas. Al exministro, que lleva tiempo haciéndose el despistado, el magistrado le ha espetado que estaba en la luna de Valencia: "Usted no se enteraba de nada", le ha soltado el juez. Se supone que es irónico, porque en los encuentros con Daniel De Alfonso entendía todo lo que le explicaban —sería ministro pero burro, no. Quizá echa de menos al fiscal que se lo afine.

Volvamos al entremés. Un primer comentario consistiría en poner el dedo en el ojo de El Periódico, que hace dos días tituló la detención "del estado mayor de Puigdemont", en el imaginativo caso Volhov, como si se acabara el mundo. Hoy, que han soltado a todos los detenidos y la fiscalía remolonea con el caso, el diario no le dice al asunto ni hola cómo te va. ¿Hace dos días era gravísimo y hoy no? ¿Cómo quedamos? Ara y El Punt Avui, que también dedicaron el título principal a la cosa, lo matan hoy a la misma altura. En el diario de los Moll, ni una línea.

También hace pensar un poco la ausencia en tantas portadas de los disturbios en torno a la plaza de Catalunya de Barcelona tras la mani de perjudicados por las restricciones de la covid-19, negacionistas de la pandemia y ultras. El Periódico y La Vanguardia le dan la foto principal. ¿Qué habrían hecho las portadas de Barcelona y Madrid si la mani hubiera sido de indepes? Quizá habría sido terrorismo. Todo eso es portada-ficción —un poco de demagogia no puede molestar a nadie, menos aun en sábado. Lo que sería molesto y de poco criterio es insinuar si no es apología del terrorismo o de la violencia enardecer a los manifestantes desde tuiter.

Te tienes que reír con el titular de la entrevista de El Mundo a Juan Luis Cebrián, el exdirector fundador de El País y después presidente del Grupo Prisa, que muerde la mano que lo alimentaba. Dice que "el PSOE es clientelista y eso es el fin de un partido". Lo sabrá él, que ha sido uno de los principales clientes. Claro que después de tantos años provechosos de esa sociedad de socorros mutuos, Cebrián debe pensar que le quiten lo bailado. Es la segunda vez que aparece en el diario rival, siempre para decirlas gruesas. En la anterior, de febrero de 2017, lo entrevistaba Cayetana Álvarez de Toledo y cierra España, a quien dijo que en Catalunya había que aplicar el 155, enviar a la Guardia Civil y que acabara pidiendo el estatuto, la amnistía y compasión. Cómo se notan esas maneras de vencedor.

La Razón se doctora hoy en cerrilismo por su título principal. El diario se queja de que las comunidades autónomas aplican su propio criterio a la gestión del estado de alarma y que eso "desconcierta a los ciudadanos". A ver si podemos entendernos. Es que España está organizada, estructurada, montada así. Constitucionalmente y con los estatutos de autonomía, que los especialistas en derecho de la cosa integran en el "bloque constitucional". Pero no es necesario recurrir a  manuales de derecho. ¿Cómo puede desconcertarse una señora de Cádiz por la gestión de la covid de la Xunta de Galicia? ¿Nadie repasa los titulares en La Razón? ¿O es que usted no se entera de nada?

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