Este miércoles es día para hacer recuento de portadas según el criterio de Ovidi Montllor. "Hay gente a quien no le gusta que se hable, se escriba o se piense en catalán. Son los mismos a quienes no le gusta que se hable, se escriba o se piense", dejó dicho el alcoyano en una frase que, como buen tópico de calidad, describe perfectamente el estado mental y moral de las portadas del trío de la bencina a propósito del primer día de oficialidad de la lengua catalana (y del gallego y del euskera) en el Congreso. El Mundo habla de "discordia lingüística" y lo presenta como un gran éxito del independentismo, en contraste con la historia del español que, como todo el mundo sabe, nunca ha sido causa de discordia porque nunca fue lengua de imposición. ABC dice la verdad por una vez y afirma que "el castellano deja de ser la lengua de todos en el Congreso". Ya era hora de que se dieran cuenta de ello. "Elevar a la categoría política de normal lo que en la calle es simplemente normal", dijo Adolfo Suárez en 1976 para anunciar la transición a la democracia en su primer discurso emitido por televisión como presidente del gobierno. El tabloide monárquico aún no ha llegado a este concepto: son 47 años y medio de retraso. La Razón, en cambio, escoge la mentira y titula que "Sánchez renuncia al español como lengua de trabajo en la UE". Esta bola causará más de un dolor de estómago a la parroquia del diario —y quizás por eso lo publican.

El País explica el acontecimiento con un concepto un poco torturado y se lo hace ir bien para decir que "el PSOE afianza una mayoría en el Congreso con las lenguas", como queriendo decir que ya tienen la investidura en la mano. No mates al oso... En el antetítulo, sin embargo, se le escapa un buen chorro de condescendencia y paternalismo, al decir que "la cámara baja impulsa el uso del catalán...". ¿Impulsa? La cámara baja no ha "impulsado" nada, tristemente, sino que se ha visto obligada a permitir el uso de los renombres "lenguas cooficiales" por la aritmética electoral endemoniada de las últimas elecciones españolas. En resumen, que las cuatro portadas de Madrid vienen a confirmar lo que ya se sabía: a pesar de los aspavientos en el Congreso y en el Consejo de la Unión Europea, España es todavía territorio hostil para la lengua catalana, como explica Montserrat Dameson en su columna de este miércoles.

Los diarios editados en Barcelona también se retratan en este asunto. El único que no abre la portada con la oficialidad de la lengua catalana en el Congreso es El Periódico. Lo pone en una promoción encima de la cabecera con una redacción del título ("El catalán por fin entra en el Congreso") que pediría, por fin, presidir la portada. Los otros tres, mira. El Punt Avui modifica el eslogan de una campaña de los años 70 y 80 que pedía el uso de la lengua en letreros y otras expresiones públicas. Es bastante camp pero funciona. El Ara hace de notario sin emociones ni entusiasmo ("El catalán ya se habla en el Congreso"). No se han matado. La Vanguardia aprovecha para hacer una teoría del plurilingüismo. También esconde un poco la mayoría justita con que se ha aprobado la reforma del reglamento del Congreso que permite el uso de las lenguas y habla "de amplia mayoría" al aludir a los 179 diputados que han votado la reforma. Son tres más que la mayoría simple. "Amplia" es un concepto que admite una cierta tolerancia interpretativa, pero quizás no tan amplia como la de La Vanguardia.

El Mundo
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ABC
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La Razón
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El País
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La Vanguardia
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El Periódico
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El Punt Avui
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