El pleno de la investidura de Carles Puigdemont será, finalmente, el día 30 y se hará en una sola jornada a diferencia de lo que es habitual (dos jornadas), según ha informado El Matí de Catalunya Ràdio. Así pues, se celebrará un día antes de la fecha límite, que es el día 31. De esta manera, se evitaría que el Tribunal Constitucional pudiera hacer alguna cosa para evitar la investidura del president en funciones.

El presidente del Parlament, Roger Torrent, viaja hoy a Bruselas para reunirse con el candidato a la presidencia de la Generalitat, un encuentro que se hará a la delegación del gobierno de la Generalitat delante de la Unión Europea. Puigdemont retiró ayer al voto delegado y aseguró desde Copenhague que no descartaba volver a Catalunya si España no le ponía trabas y "sin amenazas".

"Trabajo con el fin de poder estar allí", afirmó en una comparecencia ante la prensa en los pasillos del palacio de Christiansborg después de subrayar que la mejor señal para la "restauración democrática" sería que pudiera volver con normalidad de su exilio en Bruselas y que los políticos encarcelados pudieran salir en libertad.

Ahora bien. El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, explicó ayer que harán todo el posible para que el presidente en funciones no pueda poner el pie en España. "Evitaremos que pueda entrar en el maletero del coche", ha llegado a asegurar.

¿Investidura telemática?

La Mesa del Parlament todavía no ha abordado la posibilidad de una sesión de investidura a distancia de Puigdemont y tampoco si acepta la petición de delegación del voto de los diputados en Bruselas excepto Puigdemont, que este martes ha retirado su solicitud. Ahora hay siete diputados que están en la prisión o en Bruselas teniendo en cuenta que Joaquim Forn ha decidido renunciar al acta de diputado para facilitar la estrategia de defensa y poder salir de prisión.

En caso de que en esta primera votación el presidente no fuera escogido por mayoría absoluta, es decir como mínimo 68 diputados, se haría una segunda votación en las 48 horas siguientes. Esta vez sólo sería necesaria la mayoría simple de los votos, más a favor que en contra.

Si esta segunda votación tampoco prospera, según establece el Reglamento del Parlament, se abriría un plazo de dos meses para intentar conseguir los apoyos suficientes para un candidato. Pasado este plazo sin éxito, automáticamente se disolvería el Parlament y se convocarían elecciones.