Antes de la celebración del referéndum del 1-O de 2017, desde el Estado Mayor de Defensa diseñaron un plan para movilizar el ejército español a Catalunya en caso de que se declarara la independencia. Lo hicieron al ver que desde la Moncloa no se contaba con las Fuerzas Armadas para frenar el embate del independentismo.

Concretamente, la operación, que llevaba el nombre d"Operación Recuperar Soberanía", contemplaba trasladar hasta 3.500 militares a Catalunya para frenar una eventual independencia de Catalunya. Así lo ha revelado el diario El País. Pues bien, ha trascendido a la esfera pública que, durante los ocho según duró la declaración de independencia, el plan estuvo activo.

Cabe decir que el plan tenía otro nombre clave: "Romero Sierra". Las letras RS corresponden en el alfabeto fonético de la OTAN a su denominación real: "Recuperar Soberanía". De hecho, es el mismo nombre que se dio a la misión para recuperar el islote de Perejil, que fue ocupado por Marruecos en el 2002.

El plan del ejército español para frenar la independencia

La "Operación Recuperar Soberanía" era un plan con varios grados de intensidad, que requería permiso político para escalar. El primer nivel, que se llegó a activar, consistía a dar apoyo logístico a los más de 5.000 efectivos del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil que se desplazaron a Catalunya a raíz de la convocatoria del referéndum del 1-O. Así, el Ejército trasladó literas, taquillas, cocinas y duchas al cuartel de Santa Eulàlia, en Sant Boi de Llobregat para alojar los agentes y policías.

En este contexto, el general Fernando Alejandre Martínez temía, según ha admitido, que grupos organizados, como los Comités de Defensa de la República (CDR), cometieran actos de ultraje a la bandera o que accedieran a instalaciones sensibles del ejército. Es por eso que ordenó pasar al nivel de alerta dos y se incrementó el personal militar de algunas instalaciones para cubrir turnos de guardia reforzados. Fue el caso, por ejemplo, de la Comandancia Naval de Barcelona, cerca de la emblemática estatua de Colón.

Además, se trasladó en el cuartel de Sant Boi maquinaria pesada para habilitar el acceso al puerto de Barcelona, donde estaba atracado uno de los cruceros habilitados por Interior para alojar guardias civiles y policías, en caso de que los manifestantes bloquearan la salida de los policías con barricadas.

El tercer nivel del plan, que no se llegó a activar, responsabilizaba a las Fuerzas a Armadas de la protección exterior de sus instalaciones e incluía la sustitución de policías y guardias civiles por militares en la protección de infraestructuras críticas fuera de Catalunya, hecho que permitía liberar efectivos de las fuerzas de policiales para reforzar su presencia en Catalunya.

Finalmente, el cuarto y último nivel ya suponía la implicación directa de las Fuerzas Armadas en el restablecimiento del orden público. La técnica, que había sido puesta en práctica por los militares españoles en los Balcanes, se denominaba "Green Box" en terminología OTAN. Y se trataba de acordonar con personal militar la zona donde se producieran disturbios para crear una "caja segura" en que la policía tenga libertad de acción sin sufrir por los manifestantes o por si recibían ayuda del exterior.