Jornada complicada en el Parlament para el nuevo gobierno de Pere Aragonès. El president ha tenido oportunidad de comprobar este miércoles lo que representará gobernar con 33 de los 135 diputados del hemiciclo. No ha sido ninguna sorpresa, pero sí un descarnado baño de realidad. Todos los grupos, uno tras el otro, y con la única excepción de ERC, han reprochado a Aragonès la soledad que sufre en la cámara, mientras se repetían las exigencias de que convoque elecciones o que se someta a una cuestión de confianza, y el constante interrogante sobre con quién piensa gobernar a partir de ahora. "El Govern más débil de la historia del autogobierno de Catalunya", ha sentenciado el líder de la oposición, Salvador Illa, mientras que el portavoz de los hasta ahora socios de Junts, Albert Batet, le advertía: "La realidad es que usted está solo. Usted ha escogido estar solo".

 

Aragonès ha comparecido a primera hora en el Parlament para explicar la nueva estructura del ejecutivo y los nuevos consellers, consecuencia de la decisión de Junts de abandonar el Govern. Esta ha sido la primera parte de la mañana, un primer aluvión de reproches. Acto seguido, ha llegado la sesión de control al Govern. Una muestra práctica de lo que será el día a día del nuevo gabinete en el hemiciclo. Hoy, además, en plena trifulca en la Conselleria d'Interior a raíz de la destitución del jefe de los Mossos d'Esquadra.

"No convocaré elecciones"

La respuesta del president ha sido directa: "No convocaré elecciones". Lo ha dejado claro nada más tomar la palabra en el turno de réplica y después de escuchar la lluvia de reproches de los grupos. Aragonès ha señalado la elevada inflación o el precio de la energía que castiga a familias y empresas, para argumentar que los ciudadanos no se merecen en estos momentos una campaña electoral, "a ver si tirando los dados el resultado es un poco diferente, no mucho, y alguien puede tener alguna otra oportunidad". El president ha explicado que a partir de ahora la estrategia de ERC consistirá en sacar adelante la legislatura buscando mayorías: "Medida a medida y proyecto a proyecto, negociando y llegando a acuerdos. Y no convocando una campaña electoral".

Sin embargo, la respuesta no ha satisfecho a la oposición, que han dejado claro que no tienen ninguna intención de facilitarle el trabajo. "No espere que mi grupo rescate a su gobierno", ha advertido Illa, a pesar de garantizar que la suya será una oposición responsable. De hecho, consciente que el presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha vetado un acuerdo con el PSC para los presupuestos, Illa ha desafiado a Aragonès a pactar unas nuevas cuentas y tenerlas aprobadas el 1 de enero. Fuera del hemiciclo, la portavoz socialista, Alícia Romero, ha incrementado la apuesta y no ha descartado una moción de censura si el Govern prorroga los presupuestos. También los comuns han dejado claro que el suyo no será un apoyo gratuito. Jéssica Albiach ha recetado a Aragonès "más humildad y menos paternalismo", y ha reprochado los incomplimientos a Aragonès. "Yo me preocuparía cuando todos los grupos le dicen no cumple acuerdos", ha remachado Albiach, que ha dejado claro que la debilidad de ERC encarece un apoyo de los comuns a los presupuestos.

La oposición de Junts

Las críticas han llovido tanto de los grupos de izquierda como de los antiguos socios. Junts ha advertido que este Govern no tiene la confianza de la cámara y cuenta con el apoyo "más insignificante de la historia de este Parlament". "Se ha salvado de la cuestión de confianza porque no tiene ninguna intención de ponerla sobre la mesa", ha advertido el cupaire Xavier Pellicer, que ha reprochado a Aragonès que el Govern que hoy presentaba ante el pleno "no es más que el de siempre, el gobierno de los ex, de los exconvergents, excomuns y exsocialistas", ha remachado.

Los nuevos frentes que se han abierto en el hemiciclo con la comparecencia inicial de Aragonès, se han hecho todavía más evidentes con la sesión de control al Govern. La contundencia con que los diputados de Junts Mònica Sales y Ramon Tremosa han interrogado al conseller de Empresa, Roger Torrent, o Salvador Vergés a la consellera Teresa Jordà, no han dejado espacio para la duda sobre la nueva etapa de oposición pura y dura que Junts inaugura en el Parlament.

A pesar de ello, en la sesión de control al president, Junts ha evitado tensar la relación. Batet ha reprochado el bajo grado de cumplimiento de les inversiones del Estado, ha preguntado sobre el apoyo de ERC a los presupuestos de Pedro Sánchez, y ha emplazado el president a defender las inversiones en Catalunya. Aragonès ha agradecido explícitamente el tono de la pregunta.

"Se ha abierto una nueva etapa", ha admitido el president del grupo de ERC, Josep Maria Jové, en su intervención en la sesión de control. La votación del proyecto de ley del Pla Estadístic de Catalunya, elaborado por la Conselleria d'Economia, bajo la batuta de Jaume Giró, señalará a primera hora de la tarde los límites de esta nueva etapa.