El president de la Generalitat, Pere Aragonès, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunirán en el Palau de la Generalitat el jueves 21 de diciembre. El encuentro entre los dos presidentes —que la Moncloa informa de que servirá para "abordar cuestiones de interés común" y la Generalitat "de interés por Catalunya"— se producirá un mes después de que Esquerra Republicana haya votado a favor de la continuidad del líder del PSOE como jefe del ejecutivo español. Habrá pasado más de un año y medio desde que Pere Aragonès no se reúne con su homólogo español. Hace una semana, el presidente catalán manifestó su deseo de volver a reunirse con el presidente socialista.

El encuentro se ha anunciado a las puertas de la reunión que mantendrán este sábado en Ginebra los negociadores del PSOE y de Junts en presencia de mediadores.

La consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, ha asegurado que el encuentro entre los dos presidentes "será una reunión de trabajo, no de cortesía", para abordar los principales temas que el Govern ha situado como prioritarios, es decir, las carpetas sobre el conflicto político con el Estado, financiación singular -sobre la cual el departamento de Economía prepara un informe- y el traspaso de Rodalies. "Esta reunión, que debe ser ejecutiva, ha de servir para fijar el marco efectivo de negociación de estas tres carpetas", ha explicado Vilagrà en un contacto con la prensa.

No se produjo una reunión entre los dos el pasado mes de enero, cuando Sánchez pisó suelo barcelonés con motivo de la cumbre francoespañola. Los dos coincidieron en la recepción del presidente francés, Emmanuel Macron. Pero la Moncloa minimizó el papel del president de la Generalitat en aquella cumbre, reduciéndolo hasta equipararlo a la de cualquier presidente autonómico: solo estuvo presente en la recepción. Y no solo eso, porque Aragonès se fue justo antes de que sonara el himno de España.

Sea como sea, Pere Aragonès y Pedro Sánchez se reunirán después de que ERC haya pactado con el PSOE la amnistía a independentistas, la creación de una empresa gestionada por los dos ejecutivos con el fin de traspasar íntegramente Rodalies a la Generalitat, y abordar la financiación catalana. De hecho, el Gobierno ha aceptado condonar a Catalunya el 20% de la deuda que tiene con el FLA, una de las cosas que más critica el PP a pesar de que haya comunidades gestionadas por los populares que van a salir beneficiadas.

El otro pacto alcanzado entre las dos partes es el de seguir sentándose en una mesa de diálogo. Esta mesa de negociación entraría ahora en una segunda fase, en tanto que los republicanos han hecho como Junts per Catalunya y han exigido que haya un verificador entremedio. La semana pasada, el president de la Generalitat invitó a Junts y la CUP a formar parte de la delegación catalana de esta mesa.

Pero hay que tener en cuenta que, casi cuatro años después, solo se han celebrado cuatro mesas de diálogo entre la Generalitat y la Moncloa. La primera se celebró en febrero del 2020, durante la presidencia de Quim Torra. Con la excusa de la pandemia del coronavirus y de la desinflamación del conflicto político entre Catalunya y España, solo se han celebrado dos reuniones más. La segunda no llegó hasta mayo del 2021, ya con Pere Aragonès como jefe del ejecutivo catalán. La tercera y último encuentro se produjo en julio del 2022.