Siete años después, el Congreso de los Diputados vivirá esta semana el debate del estado de la nación, tres jornadas para hablar sobre política general donde el presidente español, Pedro Sánchez, tendrá que hacer balance de su gestión y anunciar medidas para asegurar el futuro de la legislatura. Será el primer debate de estas características que Sánchez hará como presidente, ya que el último se hizo en época del popular Mariano Rajoy. Después de tres días de debate y votaciones donde también se abordarán otras cuestiones como la renovación del TC, la agenda del presidente español seguirá con una reunión con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, después de que ambos ejecutivos se hayan comprometido a reiniciar el diálogo para resolver el conflicto político, bajo la mirada escéptica y crítica de Junts per Catalunya.

La prueba de estrés de Sánchez será este martes al mediodía. El Pleno empieza a las 12 horas con una intervención sin tiempo limitado por parte del jefe del Ejecutivo, que anunciará medidas "muy ambiciosas" que irán principalmente dirigidas a las clases medias y trabajadoras, según fuentes del Gobierno. Algunas de estas medidas tendrán carácter estructural y otras coyunturales, y -contrariamente a lo que ha pasado con el incremento del presupuesto de Defensa- buscarán contentar a Unidas Podemos y a los aliados parlamentarios. La intervención del presidente español, según la Moncloa, "fortalecerá el gobierno de coalición" y permitirá hacer balance y apuntar a la transformación del país.

El ejecutivo español espera que el debate permita iniciar un remontamiento después de las últimas derrotas electorales a nivel autonómico en lugares como Andalucía, y después de que las encuestas empiecen a dejar entrever una crecida del PP de Alberto Núñez Feijóo. Para contrarrestar la movilización de la derecha, Sánchez anunciará medidas sociales como ampliar derechos y proteger los sectores de la sociedad que están sufriendo más las consecuencias de la guerra de Ucrania. Precisamente en este Pleno se tendrá que aprobar también un nuevo decreto anticrisis.

Relaciones con ERC

El debate también tiene que servir para calibrar las relaciones del presidente español con los partidos que le han dado apoyo al Congreso. Sánchez quiere reeditar las alianzas para aprobar los presupuestos generales del Estado para el 2023. El Catalangate y la falta de ejecución de las inversiones han deteriorado las relaciones con ERC, pero el encuentro entre Sánchez y Aragonès de este viernes y una eventual convocatoria de la mesa de diálogo antes de agosto pueden allanar este flanco. De hecho, este lunes mismo el presidente de la Generalitat Pere Aragonès ha expresado su deseo de que la reunión con Sánchez sea "un punto de inflexión" para avanzar decididamente en el proceso de negociación.

Aragonès también ha asegurado que irá a la reunión a la Moncloa con el objetivo claro de defender el derecho a la autodeterminación y la amnistía para acabar con la represión. Unas peticiones que chocan una vez más con el otro labo, y es que este fin de semana mismo el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, aseguró que un referéndum no es la solución, porque contribuiría a separar y dividir a la sociedad catalana y española. A pesar de las declaraciones de Bolaños, Aragonès insiste en pactar "las reglas" de un referéndum de autodeterminación con el fin de acordar los "términos de la consulta".