Otra jornada para que la derecha se adjudique la defensa de la Constitución. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, encarará este martes un Día de la Constitución con el españolismo más severo acusándolo de "traición". Si bien hace un año el ejecutivo de PSOE y Podemos llegaba al seis de diciembre sin tener ninguna fecha para la reforma del delito de sedición, este año llega con su derogación en trámite, con un Congreso de los Diputados encaminado a suprimirla del Código Penal a cambio de introducir los desórdenes públicos agravados.

Lo que en Catalunya es visto por algunos como una maniobra de la Moncloa para sacar un delito por la puerta y reintroducirlo por la ventana —esta es la tesis principal de Junts—, en Madrid es visto como un acto de traición a España. "El Gobierno, en lugar de dedicar el día a la celebración, tendría que pedir perdón a los españoles", afirmaba este lunes al coordinador general del PP, Elías Bendodo. Se trata de un Día de la Constitución "triste" para los populares porque, según el partido liderado por Alberto Núñez Feijóo, la Carta Magna española no había estado nunca tan amenazada.

Pedro Sánchez, pues, llega al 44.º aniversario de la Constitución con la certeza de que una reforma del texto no puede solucionar el conflicto catalán, pero con la convicción de que la derogación de un delito como la sedición puede aliviarlo. Y es que Esquerra Republicana, que este martes volverá a no asistir a la recepción oficial del Congreso de los Diputados, sí que ve con buenos ojos —y aplaude— esta modificación del Código Penal. Los otros dos habituales socios parlamentarios del Gobierno, el PNV y Bildu tampoco harán acto de presencia; y lo mismo con Junts per Catalunya, el PDeCAT, la CUP, Compromiso y el BNG.

El exministro Juan Carlos Campo, al Tribunal Constitucional

Pedro Sánchez también encara este día de la Constitución con su voluntad de despolitizar la justicia puesta en duda. Justo hace una semana, su ejecutivo decidió proponer al exministro de Justicia Juan Carlos Campo al Tribunal Constitucional. Se trata de un movimiento que incluso el presidente de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados, Jaume Asens, calificó de "puerta giratoria". Quien también es responsable de la proposición de ley para derogar la sedición también calificó de "cinismo" en nombramiento, ya que desde este espacio se quería colocar en el Consejo General del Poder Judicial a Victoria Rosell.

Renovación del CGPJ

Y es precisamente a través de este nombramiento, el de Juan Carlos Campo, con el cual el Gobierno ha sacado pecho en los últimos meses de cumplir con la Constitución, el texto que este martes cumple 44 años. El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, lamentaba la semana pasada que el gobierno de Sánchez no pudiera hacer sus dos nombramientos para el Constitucional a la vez que la reforma del Consejo General del Poder Judicial, una reforma de la cúpula de los jueces que está bloqueada por el PP, precisamente, desde que el Gobierno afirmó que pretendía derogar el delito de sedición. Un Día de la Constitución enredado.