El ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Josep Borrell, se enfrenta hoy a casi un centenar de eurodiputados que tendrán hasta 3 horas para someterle a un examen exhaustivo antes de decidir si le aceptan como vicepresidente de la Comisión y alto representante de la UE para la Política Exterior.

El interrogatorio se prevé duro, dado el currículum de Borrell y visto el lote de trapos sucios que fue compilado por el periódico digital EUobserver, especializado en información sobre la Unión Europea, la semana pasada.

Su papelón ante una entrevista en la televisión alemana DW News o su postura furibunda contra el independentismo catalán son algunos de los aspectos que ponen bajo sospecha a Borrell, a los que se añaden como quedó descabalgado en la carrera per ser el candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno en 1999 a causa de un fraude de colaboradores suyos o la multa de 30.000 euros por la venta de acciones de la empresa Abengoa haciendo uso de información privilegiada.

A las 14.30 horas el candidato se presentará ante los 71 miembros de la comisión de Exteriores del Parlamento Europeo y a una veintena de miembros de las comisiones de Derechos Humanos y de Seguridad y Defensa, que han sido invitados a participar en el llamado "hearing".

El examen comenzará con una alocución de 15 minutos del candidato en la que se espera que defienda su candidatura y plantee a grandes rasgos su proyecto para una acción exterior de la UE más decidida y proactiva.

25 preguntas de los diputados

A continuación, en bloques de 5 minutos, deberá responder a 25 preguntas de los diputados, que tendrán la oportunidad de repreguntar para ser "más incisivos y concretos", explica uno de los miembros del equipo de apoyo a Borrell.

Hasta ahora, las preguntas eran 45 y sin posibilidad de repreguntar, por lo que muchos candidatos "se escapaban con muchas vaguedades; eso ya no vale, ahora los tienen mucho más agarrados, hay que tener respuestas para todo", señala.

No se esperan preguntas fáciles

"Todo el mundo va a ser duro", vaticinan varias fuentes, que recuerdan que en un Parlamento con un 62 por ciento de miembros nuevos "hay mucha gente queriendo hacerse un nombre y mucho partido nuevo con ganas de notoriedad y de hacer sangre".

Ante un Parlamento tan fragmentado se hace "complicado" lograr el apoyo de dos tercios de los diputados y más cuando ni siquiera está garantizado el apoyo de los eurodiputados españoles ya que, por tratarse de fechas preelectorales, "los ánimos de todos están encendidos".

Prueba del abanico ideológico al que Borrell deberá convencer de su idoneidad es el hecho de que en la comisión están desde Hermann Tertsch, de Vox, hasta Idoia Villanueva, de Podemos, e incluso Diana Riba, eurodiputada electa de ERC y esposa del ex conseller Raül Romeva, encarcelado en Lledoners por su participación en el procés.