El Parlament pone en marcha este miércoles a las 11 de la mañana la legislatura más imprevisible que ha conocido la Cámara catalana desde su restauración, lo cual a estas alturas es decir mucho. La investidura del president, Carles Puigdemont, aparece como la principal incógnita que habrá que resolver, pero la incertidumbre es tal que cuando esta mañana arranque el pleno ni siquiera se sabrá con seguridad cuántos diputados independentistas podrán votar para confirmar la presidencia del republicano Roger Torrent como nuevo responsable de la Cámara.

De hecho, la complejidad del escenario político ha provocado que el nombre del mismo candidato a la presidencia no se haya conocido hasta este martes a media tarde. Lo que sí ha cerrado esta propuesta es el acuerdo sobre la investidura de Puigdemont que JuntsxCat y ERC han dado por sellado una vez se ha definido los que serán los responsables de las dos principales instituciones catalanas.

Por primera vez la Mesa de edad, que integran el diputado mayor, Ernest Maragall, como presidente (75 años) y los dos más jóvenes de la Cámara, Gerard Gómez del Moral (28) y Rut Ribas (27), los tres de ERC, tendrá que pronunciarse sobre una cuestión tan importante como es el derecho al voto de los diputados. En concreto de los tres electos encarcelados, el vicepresident Oriol Junqueras, el conseller Joaquim Forn y el presidente de la ANC, Jordi Sànchez.

El pleno se pondrá en marcha con esta incógnita todavía abierta después de que el Tribunal Supremo denegó la pasada semana la salida de la prisión de Junqueras pero dejó claro que se tienen que preservar los derechos de los diputados a ejercer sus funciones, por lo cual declaró a los tres diputados encarcelados en situación de "incapacidad legal prolongada" y pasó la patata caliente a la Mesa del Parlament, a la cual emplazó a aceptar la delegación de su voto.

No obstante, el reglamento no contempla la delegación de voto por ninguna circunstancia que no esté vinculada con motivos de salud o el nacimiento de un hijo, y así lo dejaron claro lunes los letrados del Parlament que han pasado a la Mesa la responsabilidad de la decisión final.

Situación inédita

La Mesa, sin embargo, no se ha constituido todavía y, de hecho, es para escoger sus miembros que se tiene que celebrar este miércoles la votación, por lo cual tendrá que ser la Mesa de edad quien se pronuncie, en una situación del todo inédita, dado que el Parlament sólo prevé que se encargue de poner en marcha el pleno.

La decisión de aceptar la delegación es muy importante, ya que los tres votos de los diputados encarcelados garantizan el empate de los diputados de los tres grupos independentistas con todo el resto de escaños del hemiciclo. Si se acepta el pronunciamiento del Supremo, los independentistas contarán con 65 escaños habilitados -es decir, los 70 de JuntsxCat, ERC y CUP, sin los cinco miembros del Govern que están en Bruselas- frente a los 65 del resto de la Cámara.

Eso ha neutralizado algunas de las maniobras que habría podido intentar la oposición para arrebatar a los independentistas la mayoría con la que cuentan en la Mesa. En cualquier caso, a pesar de las presiones de Cs y PP, los comunes han asegurado que no participarán en ninguna maniobra que represente alterar la voluntad popular surgida de las urnas.

Falta saber si los independentistas pedirán también el voto delegado de los diputados exiliados en Bruselas, aunque el Supremo separó este caso del de los encarcelados y dejó claro que no se les puede aplicar la misma consideración de incapacidad legal. El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, ha advertido que en caso de que se acepte estos votos, su gobierno llevará la constitución de la Cámara al TC.

Además de Torrent, ERC propone para la Mesa, como secretaria a Alba Vergés, mientras que el diputado de JuntsxCat Lluís Guinó, hasta ahora vicepresidente primero, ha declinado repetir y ocupará su lugar Josep Costa. La CUP había desestimado ocupar el lugar en la Mesa que le cedía el grupo de Puigdemont, pero las conversaciones continúan. Ciudadanos propone a José María Espejo Saavedra como vicepresidente primero y a Joan García como secretario, mientras que el PSC propondrá repetir a David Pérez.