El Papa Francisco viajó esta semana a Marruecos. Se esperaba que condenara la ocupación marroquí del Sahara (el verano pasado se había fotografiado con algunos niños saharauis refugiados), pero no hizo ninguna declaración con este sentido. Incluso en un discurso público elogió a Marruecos como "modelo de humanidad para los migrantes y los refugiados". Más tarde, en conversaciones con los periodistas, se mostró muy preocupado por los muros que el Estado español quiere construir en Ceuta y Melilla. Eso ha generado protestas de organizaciones pro saharauis, que han reivindicado que el Papa tendría que posicionar también en contra del muro marroquí que divide el Sahara y mostrarse solidario con los refugiados saharauis instalados en los campos de Tinduf, en Argelia.

Crítica en los muros

"Los constructores de muros, ya sea de cuchillas como de ladrillos, se convertirán en prisioneros de los muros que construyen", dijo Francisco I en una entrevista en la Sexta TV grabada antes de ir a Marruecos, en qué también quiso defender a los refugiados que migran en busca de mejores condiciones de vida. Potseriormente incluso aseguró que había llorado al ver una concertina de Melilla.

El muro marroquí

En noviembre de 1975 España abandonó el Sahara, dejándolo, a través de los Acuerdos Tripartitos de Madrid, en manos de Marruecos y Mauritania. La población saharaui, que rechazaba la presencia marroquí, se marchó en masa hacia Tinduf, en Argelia, donde fue ubicada en campos de refugiados y fue protegida por el gobierno argelino. Desde Tinduf el Frente Polisario llevó continuos ataques sobre el Sahara ocupado. Para frenar a la guerrilla, los marroquíes empezaron en 1980 la construcción de una serie de muros, de 2.720 km de longitud, protegidos por búnkers, vallas, ràdars, artillería y campos de minas. Era defendido por 100.000 soldados marroquíes y consiguió mantener a los luchadores del Frente Polisario alejados de las zonas más productivas de Marruecos y evitó que los refugiados saharauis retornaran a su tierra.

El españolismo, en contra del Papa

Algunas organizaciones de ultraderecha han mostrado su firme oposición al Papa, no tanto por la cuestión saharaui, sino por su oposición a los muros de Ceuta y Melilla:

También el ministro Ábalos, en nombre del Gobierno español, criticó las declaraciones del Papa sobre Ceuta y Melilla.