Después de su reprobación este jueves en el pleno municipal por la "agresión" al concejal de Más Madrid Eduardo Rubiño, el portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith, ha reiterado este viernes que no tiene que pedir perdón por su conducta, al considerar que "sería el mundo al revés". En este sentido, el político ultraderechista, antiguo número dos del partido de Santiago Abascal, ha criticado su reprobación al consistorio, que salió adelante con los votos de PP, PSOE y Más Madrid, y ha asegurado que hay un "doble vara de medir" contra él.

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🫗 Ortega Smith lanza una botella en la cara de un concejal de Más Madrid al pleno del Ayuntamiento

"Me parece que lo que es ancho para algunos es estrecho para otros", ha defendido en una entrevista en Telecinco, en la cual ha subrayado que a él se le cuestiona por haber lanzado una botella de plástico vacía, pero nadie pregunta al concejal de Más Madrid Eduardo Rubiño si "se arrepiente de haberse mofado de las víctimas del terrorismo". "Estamos en el mundo al revés. Es decir, a nosotros los de Vox se nos dice que tenemos que soportar por activa y por pasiva actos de violencia física, verbal, sobre nuestros candidatos, sobre nuestras sedes", ha lamentado Ortega Smith, que ha censurado lo que considera una "doble vara medir".

Niega que haya habido ninguna "agresión"

En la misma línea, ha negado nuevamente que se pueda hablar de "agresión" por parte suya, como ha censurado que han hecho desde Más Madrid, durante la sesión ordinaria del Pleno de diciembre, cuando él empujó una botella de plástico vacía que había en la mesa de Rubiño "que no tocó a nadie, que cayó al suelo" y ha rechazado igualmente que se pueda comparar el sucedido con el incidente que motivó la dimisión del edil socialista Daniel Viondi después de darle tres palmadas en la cara al alcalde, José Luis Martínez-Almeida. "Yo no he tocado a ningún concejal. Yo, en cambio, recibí mofas e insultos para estar defendiendo a las víctimas del terrorismo", ha recalcado el portavoz de Vox en el Ayuntamiento, quien ha defendido que no "tiene absolutamente nada que ver" ponerle la mano al alcalde en la cara con "empujar con una carpeta una botella de plástico de una mesa". "Por favor, seamos un poco serios", ha apuntado.