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Tenía que pasar. Era solo cuestión de tiempo. El arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha convocado a los fieles a “rezar por España y su unidad”. “Ante la premura de lo que acontece, ante la gravedad y lo decisivo de la situación que atravesamos convocamos a toda la diócesis a una jornada de oración”, explica Cañizares en una carta donde cita la víspera de oración para el viernes a las 20 horas en la Catedral de Valencia. Pero no queda ahí la cosa. El arzobispo y su auxiliar, Esteban Escudero, piden vísperas de oración, rezo del Rosario, visitas y actos de adoración al Santísimo, rezo de alguna hora litúrgica y... un mes de rezos especiales en las Misas de todas las parroquias y comunidades, colegios diocesanos y escuelas católicas y universidades de la Iglesia. La carta advierte que no existe "ninguna justificación moral" para la secesión y alerta que “los católicos no pueden engrosar el extenso número de los que alguien ha denominado la cofradía de los ausentes”. Pese a asegurar que no quieren entrar en valoraciones políticas, el texto contiene un alarmante análisis sobre el proceso que se vive en Catalunya y una encarnizada defensa de la unidad de España. No dudan en citar a Juan Pablo II en relación a la reivindicación de la Padania (“L’unità dell’Italia non si tocca”) pero se ahorran numerosas declaraciones en sentido contrario del mismo pontífice.

Réplica tarraconense

La Conferencia Episcopal Tarraconense replicó con diligencia a Cañizares. En su nota, después de recordar que la Iglesia catalana ya se ha posicionado, defiende “la legitimidad moral de todas las opciones políticas que se basen en el respeto a la dignidad de las personas y de los pueblos”. Los obispos catalanes no han convocado misas, ni rosarios. El movimiento de Cañizares no ha sorprendido a nadie. El arzobispo, que fue cardenal de Toledo y Primado de España, ha destacado a lo largo de su carrera por una militancia profundamente conservadora y la solidez de los vínculos que mantiene con miembros del Gobierno español como Soraya Sáenz de Santamaría o Jorge Fernández Díaz. La contundencia de la irrupción, además, ha provocado que un cierto aroma a Escopeta nacional impregnara la campaña. El menos sorprendido por la iniciativa del arzobispo ha sido el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell. Durante la rueda de prensa posterior a la reunión del Govern ya ha expuesto su alarma ante las presiones del Gobierno español en todo tipo de instituciones para que se pronuncien contra la independencia. “Me espero un día de estos una revelación divina que diga que iremos al purgatorio si no votamos como corresponde”, ha vaticinado sin saber que en lugar de una revelación tendría una carta de Cañizares colgada en la Red.

Mal día para Rajoy

El llamamiento a la oración llega en mal día para Rajoy. El presidente del Gobierno español ha empezado la jornada con una entrevista a Onda Cero donde se ha hecho evidente con claridad meridiana su desconocimiento sobre el artículo 11.2 de la Constitución, según el cual “ningún español de origen podrá ser privado de su nacionalidad”. Rajoy no ha sabido reaccionar cuando el periodista Carlos Alsina le ha citado el artículo ni cuando, siguiendo su hilo argumental, ha apuntado que los catalanes tampoco dejarían de ser europeos. “Me parece que estamos en una disquisición que no conduce a ningún sitio”, ha sido la guinda de Rajoy al momento mientras el periodista intentaba explicarle el contenido preciso de la ley. El corte de voz, así como la expresión de entrevistador y entrevistado se ha hecho viral en las redes. La etiqueta #RajoyEnOndaCero ha sido tendencia durante toda la jornada en twitter. Por la tarde, Junts Pel Sí, ya había hecho un vídeo electoral con el enredo, situándolo como ejemplo que las “amenazas” que esgrime el PP contra el proceso son “falsas”. El presidente español, todavía sin recuperarse de la viral sacudida, ha aterrizado en Reus para participar en un mitin. Parecía que la cosa tenía que mejorar, pero no. Una concentración independentista, anunciada previamente, ha convertido el paseo que tenía previsto por las calles del centro de la ciudad en un concierto de gritos a favor de la independencia que ha obligado a desistir del callejeo.

No se puede negar que la campaña está que arde. Ya lo dice la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, que se ha estrenado en Sant Boi de Llobregat coincidiendo con sus primeros cien días de gobierno en la Junta. La dirigente socialista, que ha evitado no solo coincidir con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, habitual de la campaña, sino también citarlo, ha utilizado uno de los hits popularizados por Jorge Fernández Díaz: “Hay familias que para poder comer juntas hay temas de los que no hablan”. La presidenta ha querido descalificar a los independentistas comparando la represión franquista de la lengua con aquellos que “quieren robar a muchos catalanes la riqueza de sentirse parte de Catalunya y de España”. La situación empieza a ser tan extravagante que los partidos del Parlamento suizo, excepto uno, han preguntado en una interpelación parlamentaria al gobierno si tiene previsto alguna “intervención” entre Catalunya y España ante una posible separación. “¿En vista de la neutralidad y la tradición democrática Suiza, el Consejo Federal está preparado para ofrecer los buenos oficios de nuestro país para intervenir entre Madrid y Barcelona”?, piden los parlamentarios que consideran que la negativa española a permitir el voto “parece contraria a la práctica internacional adecuada en los países democráticos”. Y seguimos. Quedan tres días de campaña y todavía pueden dar para mucho.