El expresidente del Gobierno durante la última etapa del dictador Francisco Franco, Luis Carrero Blanco, fue asesinado por ETA en un atentado que este miércoles hará 50 años. El papel de Carrero Blanco tenía que ser clave. Con Franco, cada vez más envejecido, era una persona de su confianza que tenía que seguir el legado del dictador y dio apoyo a la planificación de la sucesión monárquica en la figura de Juan Carlos I. Su idea era que, con la sucesión de Franco al rey Borbón, se implantara una monarquía autoritaria para seguir la ideología franquista de un Estado dictatorial, que apostara por el nacionalcatolicismo y ultraespañolista. Eso lo truncó la banda terrorista de Euskal Herria, ETA, un 20 de diciembre de 1973.

Operación Ogro

En el contexto de la Operación Ogro, ETA ejecutaba el atentado más importante contra la dictadura desde la Guerra Civil Española. Su asesinato comportó un gran impacto, sobre todo políticamente, ya que reforzó la línea dura del franquismo, liderado por el que acabó siendo su sucesor al frente del ejecutivo dictatorial: Carlos Arias Navarro. Precisamente, por eso, después del atentado surgieron teorías conspiranoicas sobre quién había realmente detrás del atentado. Y más teniendo en cuenta que Carrero Blanco se había reunido el día antes con el entonces secretario de Estado de los Estados Unidos, Henry Kissinger, y la desclasificación de documentos el año 2008, que incluía una nota de la Embajada de los Estados Unidos en Madrid al Departamento de Estado del gobierno norteamericano que apuntaba que "el mejor resultado que podía surgir era que Carrero desapareciera de escena, con una posible sustitución por el general Díez Alegría o Castañón".

La CIA de por medio

Precisamente, por eso, el nieto de Carrero Blanco, José Enrique Carrero-Blanco, pone el foco en el Centro de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA). "Yo creo que la CIA conocía el atentado. El grado de participación o no, eso ya... Participar, yo entiendo que la CIA lo hizo, el gobierno federal no entiendo que tuviera interés sabiendo perfectamente que el franquismo iba a morir con Franco", ha dicho el nieto de Carrero Blanco en una entrevista en El Mundo. De hecho, cree que se utiliza la teoría que se basa en el hecho de que su abuelo iba a suceder a Franco para justificar el atentado. De hecho, José Enrique detalla que Carrero Blanco no quería estar en política y que cuando muriera [Franco] iba a dejar el cargo y "ponerse a disposición" del rey Juan Carlos.

Arias Navarro y el yerno de Franco

Asimismo, apunta a otro nombre: Carlos Arias Navarro, quien acabaría siendo el sucesor de Carrero Blanco. Entonces, Arias Navarro estaba al frente del Ministerio de Gobernación, que podría equivaler a la actual cartera de Interior. "Es chillón que el responsable de la seguridad del presidente del gobierno fuera promovido para ocupar su lugar. Lo normal es que un fallo de seguridad de estas dimensiones hubiera supuesto su cabeza", opina el nieto de Carrero Blanco, quien denuncia que "se apalancara" en la sucesión y explica que el mismo expresidente del gobierno franquista estaba muy molesto con Navarro.

José Enrique también pone uno tercero implicado: el yerno del dictador Franco, Cristóbal Martínez-Bordiú. "Había mucha gente dentro del régimen que se quería cargar a mi abuelo. Creo que había mucha gente dentro del régimen, del búnker —el sector más radical del franquismo— que estaban interesados en sacárselo de encima", subraya, mientras explica los enfrentamientos de su abuelo con el yerno de Franco.