La muerte de Albert Solà, el hombre de la Bisbal del Empordà conocido por haber reclamado ser reconocido como hijo de Juan Carlos I, algo que nunca consiguió en vida, continúa rodeada de extrañas circunstancias. Según la primera autopsia, el catalán de 66 años murió de un infarto del miocardio cuando entraba en el bar donde trabajaba en su municipio, pero la familia no se lo termina de creer y se plantearía pedir una segunda autopsia, según aseguran desde la cadena Telecinco. Precisamente en este canal de televisión se tenía que emitir una entrevista a Solà, que no era la primera vez que explicaba su historia y defendía que él era hijo ilegítimo de Juan Carlos I, nacido antes que el emérito se casara con la reina Sofía y, por lo tanto, mayor que sus hijos legítimos, Elena, Cristina y Felipe VI. Eso lo convierte en su primogénito y, como resultado, su heredero, aunque al haber nacido fuera del matrimonio no entraría en la línea de sucesión, como ha sucedido, por ejemplo, en Mónaco, donde el rey Alberto ha reconocido a sus hijos ilegítimos.

Todo se vuelve más sospechoso por el hecho de que las cámaras de seguridad del establecimiento no grabaron el momento en que Solà habría sufrido este infarto, ya que habían sido manipuladas por una de las camareras del local y no se pudo grabar el momento. Este hecho hace que todavía haya más sospechas sobre la muerte de Solà, pues sus vecinos creen que es complicado que haya muerto por un infarto con 66 años y sin problemas de salud, teniendo en cuenta que solo días después de su deceso se tenía que emitir su entrevista en horario de máxima audiencia en uno de los canales más vistos del Estado, acercando su historia a millones de personas.

El entorno de Solà, enfurecido

El programa "Quién es mí padre", que había entrevistado a Solà tuvo acceso a los vídeos, donde se ve que una señora giraba la cámara media hora antes de que Solà muriera. Unos minutos más tarde, cuando ya había sucedido la tragedia que golpeó a todo el pueblo, la encargada volvía a recolocar la cámara. Según explicó la mujer a Telecinco, solía modificar la dirección de la cámara cuando se discutía con su marido, el dueño del establecimiento. Unas explicaciones que no han convencido a los que ya eran incrédulos. Por todo ello, según confirmó la presentadora del programa, Carlota Corredera, desde su entorno ven que todo es muy extraño y consideran oportuno que se someta el cuerpo de Solà a una segunda autopsia.

La historia de Solà se hizo popular por todo el Estado cuando en 2015, un año después de la abdicación del rey emérito, decidió presentar una demanda para ser reconocido como primogénito de Juan Carlos I, que entonces todavía no había huido a Abu Dhabi, aunque ya lo empezaban a ahogar sus problemas con la justicia a raíz de todo el asunto Corinna. El Supremo ignoró sus peticiones porque no habría aportado el principio de prueba exigido por la ley y asegurando que su relato no contenía hechos coherentes ni era verosímil. La semejanza física entre Solà y quien él dice que es su padre es evidente, y decidió contar su historia en diferentes entrevistas por platós de televisión e incluso llegó a escribir un libro, pero la justicia no se lo creyó ni admitió sus recursos.

La prueba de ADN, clave

En esta entrevista en Telecinco, que la cadena emitió de manera póstuma, el protagonista explicaba que fue un agente del CNI quien le propuso hacerse una prueba de ADN para demostrar que el rey era su padre biológico. ¿Esta misma persona tomó una muestra del ADN del entonces monarca, cuando recogió uno de los vasos que utilizó el monarca en la cumbre iberoamericana celebrada en Chile en 2007, la misma en que el entonces rey pronunció una de sus frases más celebras, "Por qué no te callas"?, a un Hugo Chávez que insistía en interrumpir a quien en aquel momento era el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Según confirma el propietario del laboratorio de Lleida que realizó las pruebas, el resultado del test confirmó que había una relación de paternidad. Pero ni siquiera así, Albert Solà pudo morir siendo reconocido como hijo de su padre biológico.