Nueva demostración de pacifismo en las protestas que vive Catalunya estos últimos días. Más de un centenar de estudiantes de la Escuela Superior de Música de Catalunya (ESMUC) se han plantado esta mañana en las puertas del Auditorio para mostrar su rechazo a la presencia del rey Felipe VI, que visitaba Barcelona por el acto de entrega de los despachos de la 67ª promoción de jueces.

Los alumnos, que se han sumado a las acciones de los Comités de Defensa por la República (CDR), han querido hacer saber al Monarca que "no es bienvenido" y lo han hecho con altavoz en mano y cantando Els segadors y también temas de rap de Valtònyc, mientras el resto gritaban "Fuera las fuerzas de ocupación" y "Libertad presos políticos".

En el momento en el que han empezado las protestas pacíficas contra la visita del Rey, solo faltaba media hora para que Felipe VI llegara al Auditorio y, justamente por ese motivo, han cogido totalmente desprevenidos a los antidisturbios de los Mossos, que han optado por desalojar a los que estaban fuera y dejar cerrados dentro de la escuela a los alumnos que todavía estaban, mientras han retenido al menos a cinco estudiantes que se habían unido a las protestas.

Y no solo eso. La Casa Real ha aprovechado la ocasión para hacer entrar a los periodistas dentro del Auditorio para que, de ese modo, no grabaran nada de lo que estaba ocurriendo, pero no lo han conseguido.

Los estudiantes estaban a 100 metros de la puerta del edificio por donde tenía que acceder el Rey, donde estaba todo blindado, y, aunque antes de que empezara el acto han soltado a todas las personas que habían retenido, las han mantenido fuera del cordón policial. Los Mossos han blindado todo el Auditorio con furgonetas.

Esta es la primera vez que Felipe VI vuelve a Barcelona después de que el 25 de febrero viniera para la inauguración del Mobile World Congress y obviara, otra vez, la situación que vive Catalunya desde hace meses con la aplicación del artículo 155 de la Constitución española y el encarcelamiento de miembros del Govern, mientras otros se marchaban exiliados.

Aquel día, el Monarca ya vio cómo ni el presidente del Parlament, Roger Torrent, ni la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, asistían a su recibimiento y, lo que es peor para la prensa española, el personal del pabellón de Catalunya le recibió con lazos amarillos.