El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, habló este miércoles con eurodiputados de la Eurocámara sobre la tragedia del pasado junio en Melilla y defendió una política migratoria que ofrezca "una respuesta europea" a un reto común, basada en la cooperación con los países de origen y tránsito y sin enfoques paternalistas ni eurocentristas. Grande-Marlaska intervino en remoto en la Comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo, que había pedido formalmente una comparecencia del ministro para explicar con detalle lo ocurrido el pasado 24 de junio en la valla de Melilla, en la que murieron al menos 23 personas.

El ministro subrayó que "nunca" tendría que haber ocurrido esa catástrofe y defendió la actuación "proporcionada" de las fuerzas y cuerpos de seguridad españoles ante "una actitud hostil y violenta" del grupo formado por unas 1.700 personas que trató de acceder aquel día al territorio español a través de la valla de Melilla haciendo uso de "radiales, palos y mazas". Explicó que "en territorio español no sucedió ninguna muerte. De los 23 fallecidos ninguno fue en España" y recordó que incluso la BBC tuvo que rectificar después de haber informado erróneamente de la pérdida de vidas en suelo español. Aseguró además que en las devoluciones en frontera se respetó la legislación nacional y europea, como quedó constancia en la investigación que llevó a cabo la Fiscalía General del Estado y enfatizó que entre ellos "no había personas vulnerables".

Unas explicaciones que llegan tarde

El ministro subrayó además la "sensibilidad, transparencia y cooperación" del Gobierno español ante los hechos, cuestionada por algunos parlamentarios este miércoles tanto de la derecha como de la izquierda, que le echaron en cara haber tardado nueve meses en hablar en la Eurocámara sobre lo ocurrido. Se defendió recordando que en España compareció en dos ocasiones ante el pleno del Congreso de los diputados y recordó que desde el primer momento se comprometió a hablar en la Eurocámara, pero solo cuando hubiera concluido la investigación de la Fiscalía española.

"A día de hoy no he visto a ningún ministro del Interior hablar de la tragedia de Tarajal (ocurrida en febrero de 2014) en el Congreso en España, ni en el Parlamento Europeo. Quizá manejamos otros parámetros de responsabilidad y de respeto a las instituciones", subrayó el ministro en respuesta al diputado popular Javier Zarzalejos.

La política migratoria española

El ministro habló, por otra parte, de la visión española de la política migratoria y confió en poder avanzar al máximo durante los seis meses en que España presidirá el Consejo de la UE, a partir del próximo 1 de julio, para la rápida adopción del Pacto europeo de Migración y Asilo, actualmente en negociación. "El fenómeno migratorio no es un problema, es un desafío", respondió el ministro a la eurodiputada de la Agrupación Nacional Patricia Chagnon, que alabó que "el Gobierno socialista español haya cedido a la evidencia" y que se haya dado cuenta de que "las fronteras protegen" y que si no son sólidas "hay que reforzarlas".

Grande-Marlaska enfatizó que durante la presidencia se dará en particular prioridad a la dimensión exterior de la migración, es decir, a la necesidad de trabajar con los países de origen y tránsito de los migrantes. "La migración es un desafío y es una cuestión entre Europa y África", dijo el ministro.

Explicó que los mandatarios de países africanos también rechazan la migración irregular porque "ven como lo mejor de su juventud pone su integridad y su vida en riesgo" y que sufren por el tráfico de las mafias. "Tenemos que tener planes de trabajo conjunto entre Europa y África. Lo que yo llamo (...) adelantar las fronteras. Que no tengan la necesidad, por tragedias humanas, cambio climático o cuestiones económicas, de abandonar su países", dijo el ministro.