Los que quieran hoy ver lo más parecido a Marisol en la gala de los Goya, se tendrán que conformar con la voz de Amaia que le rendirá un homenaje. La icónica Pepa Flores se ha negado a asistir y recoger el Goya de Honor y lo harán sus dos hijas en su nombre. Retirada de la escena pública desde hace décadas, pasó de ser un símbolo del régimen franquista cuando era una niña sin voz ni voto, a una defensora del comunismo cuando fue adulta.

En los últimos tiempos, y a través de la prensa alemana, que aquí pasó más desapercibido, se publicaron los abusos sexuales que sufrió de pequeña. Una infancia dura que quiso romper de mayor. A lado del bailarín Antonio Gades, con quien mantuvo una relación de años, Pepa Flores empezó la militancia comunista. Y de rebote, se aproximó al independentismo catalán. Quien le abrió las puertas a todos estos movimientos fue Gades, nacido en Elda (País Valencià) y militante del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE), prosoviético y con estrechos lazos con la revolución cubana.

Gades se declaraba en la década de los setenta "como un catalán" más y apostaba por la unidad de los Països Catalans. En el ámbito político, todo eso se tradujo en que encabezó la candidatura de otro partido: el Bloque de Esquerra de Liberación Nacional (BEAN), junto a otras figuras de renombre como Lluís Maria Xirinacs o Maria Mercè Marçal. Gades se presentó por las elecciones municipales del año 1979, como se puede ver en este tuit.

Pepa Flores colaboró y ayudó a su entonces pareja sentimental e incluso dio parte de sus joyas para financiar la campaña posterior al Congreso de los Diputados del partido BEAN. Ambos participaban en todas las actividades del partido y algunos momentos también han sido recogidos en forma de fotografía, como este otro:

Imágenes que ya forman parte de la historia.