Macarena Olona no es, precisamente, una mujer con pelos en la lengua. Ya no lo era cuando formaba parte de Vox, un partido marcado por la disciplina interna y la falta de cuestionamiento a su líder y fundador Santiago Abascal, y ahora que ya no forma parte del partido y va por libre, aun se queda menos cosas para ella misma. Después de unas semanas de silencio en las que se ha dedicado a viajar por la América Latina y preparar una plataforma contra la ideología de género, en los últimos días ha vuelto a los medios de comunicación para desahogarse sobre como ha sido su paso por el partido de ultraderecha, especialmente de las malas experiencias y denunciado una falta de democracia interna que considera muy grave y que, advierte, podría hacer que se acabara ilegalizando la formación. Así lo ha sugerido en una entrevista a El Programa de Ana Rosa, el día siguiente que Isabel Díaz Ayuso dijera en el mismo plató que Pedro Sánchez es el Le Pen de la izquierda española y que quiere encarcelar a los partidos de la oposición.

Olona aterrizó con un paracaídas y vestida de sevillana a las elecciones de Andalucía del pasado mes de junio, donde las encuestas le daban una mejora sustancial de los resultados con respecto a las últimas elecciones, hecho que la situaba a la vicepresidencia de la Junta e incluso con la capacidad de disputarle la presidencia a Juanma Moreno. La realidad, sin embargo, fue la contraria: Moreno ganó por mayoría absoluta y la recientemente empadronada en Salobreña (Granada) quedó relegada a la irrelevancia. Para ella, estos resultados supusieron un antes y un después, porque no se les esperaba nada: "Me trasladaron una imagen que no era real, me decían que no bajábamos de los 22 escaños (...), ahora, con perspectiva, me parece ridículo". Un mes después se dio de baja por un motivo de salud, ya que se quería centrar a recuperarse. Durante esta baja siguió siendo protagonista y a su vuelta no llegó a volver a entrar en Vox, ya que su expartido le cerró la puerta por su actitud en las últimas semanas, acusándolos de una falta de democracia interna que ahora, según Olona, podría suponer su ilegalización.

Difusión de un audio sexual

Esta rápida recuperación de la enfermedad de Olona, que asegura que tiene informes médicos que lo acreditan, pero que finalmente acabó siendo un problema de tiroides, fue puesta en duda por parte de Abascal u Ortega Smith, su gran enemigo dentro del partido y con quien nunca llegaron a tener una buena relación. "En Andalucía nadie ponía en duda mi enfermedad, pero he visto que desde Vox han utilizado comentarios velados, han hablado con ironía de una "milagrosa recuperación", han dejado entrever que mis problemas de salud no eran ciertos y desde las filas de Vox eso lo han filtrado a la prensa", ha lamentado Macarena Olona, visiblemente dolida por esta situación. En la misma línea también ha denunciado que desde las filas del partido alguien difundió un audio sexual falso, entre otras cosas, hecho que ha puesto a prueba algunos de sus valores como la lealtad al partido.

Olona advierte de la posibilidad de que Vox sea ilegalizado

Olona es muy consciente de su poder dentro del partido y por eso, sus comentarios sobre una ilegalización han sido vistos como una amenaza. Después de tirar la piedra, ha escondido la mano, asegurando que permanecerá en uno "leal silencio", para evitar que su expartido sea ilegalizado: "No contestaré a determinadas preguntas porque hay un riesgo que se ponga en marcha el proceso de ilegalización de Vox, por razones puramente políticas, y estamos entrando en un año de elecciones", ha dejado caer. "Cuando era diputada, el peligro que veía a Dolores Delgado como fiscal del estado era que tuviera la tentación de activar el mecanismo de ilegalización del partido para hacerlo desaparecer", algo que se plantea como una posibilidad. Por eso, ha pedido una estratégica jurídica interna y se ha ofrecido a ella misma para elaborarla.

"Después de mi salida empezaron a florecer voces de personas vinculadas al partido que denuncian una falta de democracia interna, faltas de respeto, hechos que identifican como motivos por marcharse de Vox", recordando que "la activación de la ilegalización de un partido se puede iniciar cuando este deja de actuar de manera democrática, que hayan salido 20 o 30 voces denunciando esta situación ya tiene una repercusión". Sobre su caso personal, ha evitado dar más detalles, pero advierte que su voz podría causar estragos a un proyecto al cual no quiere hacer daño. Toda una declaración de intenciones.