El año 2013 reventó el escándalo de la caja B del Partido Popular y el pánico se apoderó del partido. En este contexto, lo entonces secretaría general de la formación, Maria Dolores de Cospedal acudió al excomisario José Manuel Villarejo para tratar de frenar la información. Las conversaciones telefónicas entre todos dos recogen peticiones explícitas de la secretaría general del PP pidiendo a Villarejo que se deshiciera de cierta información o señalando periodistas y otros dirigentes del partido. Algunos fragmentos de estas conversaciones, grabadas por el mismo Villarejo, los ha publicado El País.

Antes de que El País publicara los papeles de Bárcenas, a los medios como El Mundo empezaban a hacerse eco de la actividad del extesorero popular, Luís Bárcenas. Sin saber que lo que estaba a punto de venirse sobre el partido, pero sospechándolo, Cospedal corre a pedir ayuda a Villarejo. ¿La principal preocupación? La "libretita" de Bárcenas, donde tenía registrado los beneficiarios de los sobresueldos del PP y su caja B. "Escucha, y la famosa libretita, ¿tú crees que la sacarán? (...) Es que Inda lo explica a quién lo quiere oír", consultó la secretaría general, Villarejo respondió: "A mí la famosa libreta que él dice que tal, él lo que me ha dicho es que tiene fotocopia de algunas hojas que el otro le ha enseñado, que no se las ha llegado a dar. (...) Ni siquiera Inda, creo, por lo que me ha dicho. ¿Qué va por aquí explicando cosas? Es que es un bocazas".

Once días antes que los llamados papeles de Bárcenas vieran la luz, Cospedal sufría porque la libreta de Bárcenas no llegas en manos de nadie. "Por eso te estoy llamando... la libretita... sería mejor poder detenerlo", dejó caer Cospedal. Villarejo respondió: "No te preocupes de que yo estaré al loro en eso y haré todo el posible estos días". El consuelo que ofrecía el excomisario en aquellos momentos no casa servir de nada finalmente.

"Eso de los catalanes"

Los papeles finalmente se publicaron y la bola de nieve que perseguía las corruptelas del PP se hizo todavía mayor e imparable. Aunque el partido se encontraba en la cuerda floja, hablando con Villarejo, Cospedal lamentó: "que lo hayan sacado ahora a mí me ha parecido una mezquindad de mil demonios, entre otras cosas porque han dejado sin efecto eso de los catalanes".

Cospedal se refería a la estrategia que el Gobierno liderado por el PP había empezado en aquellas fechas, la cual se basa en las denuncias constantes de presuntas corruptelas atribuidas a líderes independentistas que pretendían deslegitimar al Ejecutivo catalán. La idea era neutralizar el movimiento independentista y Cospedal lamentaba que la táctica de su partido se veía ahogada por las acciones de lo mismo que en aquel momento llegaban a los medios.