Cambios mínimos en la candidatura de En Comú Podem. La decisión más relevante de la confluencia será que la activista de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) Lucía Martin pasará del número cuatro al número dos por Barcelona, ocupando el puesto de Marta Sibina. Sibina, que ya apareció públicamente el domingo en un acto en Sant Jaume de Frontanyà, se convertirá en la cara visible de la lista gerundense.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, volverá a cerrar la lista por Barcelona, porque "es el mejor reflejo de que hay otra forma de gobernar al servicio de la gente", mientras que el número cuatro lo ocupará Sonia Farré, miembro de Barcelona en Comú. En Tarragona y Lleida se mantendrán Félix Alonso (EUiA) y Jaume Moya (ICV), respectivamente.

La campaña, al estilo de Pasqual Maragall con el Estatut, la han empezado en este pueblo, que es el más pequeño de Catalunya, donde también consiguieron imponerse el 20D con 9 votos (53% del censo y mejores resultados en el país). Con el eslogan “Del más pequeño al más grande”, los comunes intentan enfatizar que pueden ganar en todas partes.

Este lunes es el último día para presentar los nombres de la lista y todo se cerrará según lo previsto, según han confirmado a El Nacional. Desde un primer momento, los comunes rechazaron tocar una fórmula que consideran que ha sido "de éxito". El líder Xavier Domènech fue rápidamente ratificado por las formaciones de la confluencia, una vez formalizada la convocatoria de elecciones para el 26 de junio.

Votar por el “cambio”

La batalla se librará en el campo de quién ha sido el responsable de bloquear el llamado “cambio”. Eso queda patente también en los eslóganes compartidos. Si los de Domènech han escogido “Guanyem el canvi”, los de Meritxell Batet, dirigidos por el politólogo Gabriel Colomé, han apostado por “Un sí pel canvi”.

Ambos han enfatizado que pretenden encarar la carrera hacia La Moncloa de forma positiva y sin reproches, pero no pasa un solo día en que no se ponga de manifiesto la “incapacidad” de uno u otro de haber evitado los nuevos comicios. A pesar de todo, con prudencia, conscientes de que, con las encuestas en la mano, se mantendrá más o menos intacta la geometría variable.

En general, la previsión es que la campaña adopte un perfil bajo para evitar todavía más el crecimiento de la abstención (una reciente encuesta de El Mundo habla de una bajada de hasta cinco puntos). Los dos equipos han expresado su voluntad de hacerla más próxima, menos intensa, de pequeño formato y, en el caso del PSC, incluso, “divertida”.

Los equipos

Con todo, lo que denota la confección final de las listas de la calle Nicaragua y de los alternativos es continuidad. Las contadas variaciones han obedecido a criterios técnicos, como es el caso de Sibina y Martín o la asignación del filósofo Manuel Cruz, en sustitución de Germán Rodríguez, como número dos por Barcelona del PSC, posición que se da por cortesía a una persona afín al número uno. De hecho, José Zaragoza, ha conseguido mantener el número cuatro por la capital catalana, aunque Carles Martí, que volverá a liderar la lista en el Senado, apostaba por apartarlo. 

Seguramente lo más sustantivo haya sido la renuncia precipitada de la exministra de Defensa Carme Chacón, que lideró la lista socialista el 20-D, después de que Martí forzara unas primarias. Entonces la cúpula apostó indiscutiblemente por Meritxell Batet, con la cual el exsenador llegó a un acuerdo in extremis para evitar ir a votaciones.   

En referencia a las líneas programáticas hay un principio general de mantenimiento, si bien es cierto que los movimientos en Madrid para formar gobierno, en la legislatura más corta de la democracia española, puedan llegar sacarles o no peso. Así, se tendrá que ver hasta qué punto el acercamiento con Ciutadans acaba siendo perjudicial para los de Miquel Iceta