Que el pleno de hoy ha sido inédito ya no es noticia en un Parlament que colecciona plenos singulares. Esta vez lo ha sido no sólo porque los diputados han tenido que emigrar del hemiciclo al Auditorio para intentar esquivar el coronavirus, sino por la aparición de Meritxell Serret después de tres años en el exilio; o por la irrupción Vox, que ha aterrizado en el parque de la Ciutadella de la mano de su líder, Santiago Abascal, protegido tras una mascarilla de camuflaje con la bandera española y protagonizando un incidente en la calle.
Abascal no se ha acercado al Parlament ni siquiera ha entrado en el parque, pero ha querido dejar claro que ya ha llegado al hemiciclo por más que algunos de los grupos intenten tejer a su alrededor un cordón sanitario.
Meritxell Serret y Carme Forcadell a las puertas del Parlament / ACN
Todavía no había empezado el pleno y ya quedaba claro que tampoco esta legislatura será fácil. Por si alguien tenía alguna duda, se ha confirmado cuando apenas hacía diez minutos que el pleno se había puesto en marcha. Acababa de empezar la intervención de Ernest Maragall, como presidente de la Mesa de edad, cuando al responsable del grupo de Cs, Carlos Carrizosa, le han interrumpido con una innovadora cuestión de orden de carácter preventivo.
Cuestión de orden de Cs
Carrizosa ha reclamado a Maragall que se ciñera a su "función protocolaria" como presidente de la Mesa de edad. "Que los catalanes no se sientan excluidos con un discurso como el que usted hará", ha reclamado después de que Maragall había dedicado las primeras palabras de su intervención a dar la bienvenida a Serret.
Maragall ha admitido que comprendía su prevención, pero lo ha replicado que después de escucharle tendría que rectificar lo que acababa de decir. Nada más lejos de la realidad. La referencia de Maragall a la situación "de anomalía democrática" provocada por la existencia de presos políticos y exiliados, ha vuelto a hacer saltar al diputado de Ciudadanos con una nueva cuestión de orden. "No existen presos políticos ni exiliados, sino juzgados y fugados", le ha corregido. En este punto, sin embargo, Maragall ya había acabado la paciencia, y se ha limitado a sacudirse a Carrizosa advirtiéndole que aquella no era una sesión de debate abierto entre los grupos.
Vox y PSC en la Mesa
Acompañaban a Maragall, como diputado de más edat, los dos diputados más jóvenes. Alberto Tarradas de Vox, que con 25 añitos ya ha sido cabeza de lista de la formación de Abascal por Girona en las elecciones generales y en las catalanas y que, como sus compañeros de grupo, exhibía una mascarilla blanca con la bandera española, y el socialista David González, de 27 años.
Ernest Maragall presidía la Mesa de edad con un diputado de Vox y uno del PSC / Sergi Alcàzar
Tampoco la suya ha sido una intervención protocolaria ya que con su voto han vetado la posibilidad que el diputado Lluís Puig, exiliado en Bélgica, pudiera delegar el voto para la elección de la nueva Mesa. La CUP ha hecho saber que saldría a compensar la decisión cediendo uno de sus diputados, que tenían previsto abstenerse, para la votación de Laura Borràs como presidenta. Así ha sido, cuando menos, en la primera votación.
"¡Falta la urna!"
Acto seguido han empezado las votaciones para la elección de la presidencia de la Cámara. Ha habido unos primeros momentos de incertidumbre porque los miembros de la Mesa no encontraban la urna, instalada delante del entarimado que les mantenía más altos que el resto del pleno, pero fuera de su campo de visión. "Falta la urna", ha advertido de repente a un preocupado Maragall.
Laura Borràs en el momento de votar en la urna de metacrilato / Sergi Alcàzar
El Parlament, además, ha aparcado su histórica urna de madera y cristal con que se hacen las votaciones con papeleta, por una urna de metacrilato, más a tono con la aséptica estética del auditorio. La urna de madera se reserva para el hemiciclo.
Borràs, presidenta
A las 11 y media, Borràs ha sido proclamada presidenta del Parlament en segunda votación. Ha obtenido 64 votos a favor, los de ERC y Junts, y sin el prometido de la CUP. La socialista Eva Granados ha obtenido 50 votos. Ha habido 18 abstenciones, presumiblemente de CUP y Vox, y dos votos nulos.
A continuación, Anna Caula ha sido escogida vicepresidenta primera con 71 votos -diputados de ERC, Junts y CUP- y Eva Granados 50, como vicepresidenta segunda. Ferran Pedret, Jaume Alonso Cuevillas, Pau Juvillà y Ruben Wagensberg, han sido designados como secretarios.
Laura Borràs conversa con Elsa Artadi durante la celebracio del pleno / Sergi Alcàzar
Defiende el Parlament y olvida a Torrent
Borràs ha empezado la intervención pidiendo un minuto de silencio por las víctimas de la pandemia; ha denunciado "la anormalidad democrática" en que se han producido las elecciones del 14 de febrero con el president inhabilidad; y ha recordado uno a uno a todos los miembros del Govern en el exilio y los presos políticos, además de expresar su compromiso de preservar "los derechos de todos los diputados" y oponerse "al recorte de libertades de sus miembros". "Haré que esta soberanía sea defendida y respetada ante cualquier injerencia exterior", ha advertido.
Borràs, que no ha dedicado ni una palabra a su predecesor, Roger Torrent, lo cual no ha pasado desapercibido al político republicano, ha advertido que la legislatura tiene que marcar un punto de inflexión en el avance de la independencia, y que "mientras sea presidenta de esta Cámara, los diputados del Parlament no tendrán otra limitación que aquellas que comportan los principios democráticos".
"No poner límites a la democracia"
La ya presidenta no ha evitado la presencia de Vox en el hemiciclo y ha garantizado que será implacable contra el machismo y la xenofobia; ha advertido que "el fascismo es incompatible con la democracia" y ha reclamado no ignorar las causas de su crecimiento.
Después de citar a Simon de Beauvoir -"Que nada nos limite, que nada nos defina que nada nos sujete, que la libertad sea nuestra propia sustancia"-, Borràs ha invitado a los diputados a "no poner límites a la democracia" y no decepcionar la esperanza depositada por los electores.
Ha sido el final de un pleno sin público, casi sin invitados, excepto los expresidentes de la Cámara y de la Generalitat, y sin la habitual efervescencia en los pasillos de las grandes citas parlamentarias, que se ha visto diluida como consecuencia del coronavirus.
En la imagen principal, el pleno del Parlamento reunido en el Auditorio de la Cámara / Sergi Alcàzar