Sin respuesta. La comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, esta mañana del jueves en el Congreso de los Diputados no ha gustado a casi nadie. El mandatario ha intervenido durante cerca de una hora para dar explicaciones sobre un caso que todavía no ha quedado aclarado: el CatalanGate. Ya hace más de un mes que el escándalo de espionaje que ha afectado al menos a una sesentena de personalidades vinculadas al movimiento independentista sacudió la política catalana y española. A pesar de este tiempo, y los intentos del Gobierno de echar balones fuera, las críticas de las formaciones independentistas hasta ahora han sido claras: Sánchez no ha dado suficientes explicaciones sobre el caso. Hoy tenía una oportunidad de oro para hacerlo ante todos los partidos en el Congreso, y la ha desperdiciado.

El presidente español ha optado por una estrategia basada en justificar el espionaje que se ha destapado y sacudirse de la responsabilidad. Así, Sánchez ha afirmado que su Ejecutivo no tiene constancia de aquello que hacen los servicios de seguridad. "El presidente y los miembros del Gobierno reciben informes sobre la seguridad nacional. Es lógico y evidente. El Gobierno marca prioridades en materia de riesgos para su seguridad nacional, pero ni conoce ni decide sobre las decisiones operativas de los servicios de inteligencia, que son siempre sometidas a quien tiene la decisión final, que es la autoridad judicial," ha afirmado. No solo eso, sino que también ha aprovechado para seguir los pasos de la ministra de Defensa, Margarita Robles, y ha justificado sin escrúpulos el CatalanGate. Así, ha recordado los hechos ocurridos durante octubre de 2017 y de 2019, que ha descrito como una "crisis" para la seguridad nacional. "Es por eso que, en el marco de la directiva de inteligencia, los servicios que se ocupaban de esta propusieron, y el juez acordó, las medidas oportunas", ha añadido en referencia al espionaje.

 

Las palabras se han convertido en un jarro de agua fría para los independentistas, que se esperaban todo lo contrario de Sánchez. El president de la Generalitat, Pere Aragonès, no ha tardado en reaccionar. "Las preguntas esenciales continúan sin respuesta", ha dicho después de la intervención del mandatario español. Ante este caso de espionaje masivo sin precedentes no vale minimizar y dejar pasar el tiempo. Solo explicaciones claras y responsabilidad". Se trata de una advertencia que el presidente y las fuerzas independentistas ya han compartido reiteradamente. Hasta ahora, sin embargo, sin cumplirse: solo ha caído la cabeza de la directora del CNI, Paz Esteban, y la Moncloa no ha dado muchas explicaciones públicas, más allá de las revelaciones que permitió la Comisión de Secretos Oficiales.

Rufián: "España huele a cerrado"

Su compañero de partido, Gabriel Rufián, tampoco se ha visto satisfecho con las palabras de Sánchez, y lo ha hecho evidente en su réplica en el mismo Congreso de los Diputados. El líder de Esquerra Republicana en el Congreso de los Diputados ha denunciado este jueves "la mafia" que representa el Estado español y el "olor a cerrado" que hace este país. En su intervención durante el pleno que se ha celebrado en la cámara baja en motivo del CatalanGate y el espionaje a líderes independentistas catalanes, el republicano ha afirmado que "un Estado y su gobierno no pueden tener vidas paralelas". Lo ha dicho después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, prometiera una nueva ley sobre secretos oficiales del Estado y que se sacudiera responsabilidades sobre la actuación del Centro Nacional de Inteligencia. "¿Cómo puede usted prometer un control judicial más fuerte sobre el CNI si el mayor controlador del CNI es usted como jefe del Ejecutivo?", se ha preguntado Rufián desde el atril del Congreso.