El concepto "la Catalunya real" lo utilizan los contrarios a la independencia para criticar que el procés olvida los problemas cotidianos de los catalanes. Esta idea la acuñó hace tiempo Alícia Sánchez Camacho y ahora se la ha apropiado Ciudadanos, hasta el punto que bajo este título ha impulsado la celebración de un pleno monográfico hecho a medida para el lucimiento del relevo de Arrimadas, Lorena Roldán. Al final, sin embargo, del debate ha surgido un nuevo escenario de alianzas, donde el PSC se sitúa como nuevo aliado potencial del Govern.

Sobre el papel, la sesión, que se ha alargado cinco horas, tenía que servir para hablar de temas sectoriales, para abordar los problemas que afectan el día a día de la ciudadanía. Cs, sin embargo, lo ha querido convertir en una enmienda a la totalidad al independentismo. Torra ha replicado con dos horas y cuarto de discurso durante el cual ha enumerado más de 300 medidas que ha promovido su Govern a lo largo de estos 14 meses o que tiene previsto poner en marcha próximamente.

Contra las acusaciones de pensar sólo en "lazos amarillos", el president ha defendido que "es compatible trabajar por la independencia con el buen funcionamiento del país", ha hecho gala de su gestión, así como del buen funcionamiento de la economía catalana, y ha aprovechado para denunciar la actitud de "boicot" y la "deslealtad sistemática" del Estado español que perjudica el bienestar de los catalanes. Ha pedido al resto de grupos unanimidad para combatir este hecho. Al mismo tiempo, se ha servido de estos agravios para argumentar que "la independencia es la solución que hemos escogido para encarar dificultades que no hemos podido resolver desde la autonomía".

La mano tendida del PSC para la estabilidad

Casualidad o no, Miquel Iceta y Quim Torra habían escogido hoy la misma corbata, de color rojo llamativo. Esta no ha sido la única sintonía. Por la mañana, durante la sesión de control, ambos han mantenido un tono cordial. Y durante el debate monográfico de Cs, Iceta ha aprovechado para extender la mano al Govern Torra-Aragonès para negociar los presupuestos del próximo año, que se tendrían que empezar a debatir en octubre. El president ha contestado recogiendo el guante pero sin precisar: "agradezco este punto de partida para poder llegar a acuerdos de futuro".

El primer secretario de PSC ha invitado a JxCat y ERC a trabajar en la dirección de los pactos posteletorals alcanzados a nivel local tras las elecciones municipales, unos acuerdos que por otra parte han sido un torpedo en la línea de flotación de la unidad de los partidos independentistas. "Es el camino que conviene seguir", ha defendido, a la vez que ha subrayado la necesidad de que "todos juntos" se comprometan "con la estabilidad". Se abre, por lo tanto, un nuevo escenario en el tablero de alianzas.

Roldán, la barretina, los mariachis y "la estafa de Cs"

Era su puesta de largo como relevo de Inés Arrimadas en el Parlament. Y Lorena Roldán ha demostrado que ambas están cortadas exactamente por el mismo patrón. Aunque ha empezado defendiendo que "aquí" vienen "a trabajar para los problemas de los ciudadanos", en vez de aportar ideas y exponer propuestas sobre las políticas sociales que aseguran que el Govern olvida "arrastrando a la deriva a 7,5 millones de catalanes", Roldán se ha sumergido en el mar eterno de reproches al independentismo. Un ejercicio de deconstrucción falto de contrapropuestas constructivas.

La nueva jefa de filas de Cs, que salvo una sorpresa mayúscula el viernes será confirmada como la ganadora de las primarias para sustituir a Arrimadas, ha copiado el tono, el fondo y las formas de quien durante los últimos dos años ha sido la jefa de la oposición en Catalunya. Así, ha celebrado que Quim Torra, a quien ha pedido la dimisión, se esté afrontando ya en un proceso judicial por un supuesto delito de desobediencia, ha acusado al ejecutivo de gastarse el dinero de los catalanes en sus "chiringuitos" y viajes a Waterloo y ha denunciado una campaña para "erradicar el castellano de las aulas".

Sin embargo a Cs, el pleno se le ha girado en contra. Ha recibido no sólo por parte del president, sino también de otros grupos parlamentarios como los ERC, JxCat, los Comunes y la CUP. Torra se ha servido de las palabras del líder del PNV en el Congreso, Aitor Estaban, que durante el debate de investidura definió Cs como una banda de mariachis. Siguiendo la broma, Torra ha dicho a Roldán que en Catalunya ella "no sólo es la jefa de la banda de mariachis, sino que además lleva barretina", recordándole que en el 2014 la líder de Cs participó en la Vía Catalana.

También ha acusado a Cs de "crear discordia y polémica allí donde no había, enfrentar identidades, lenguas, culturas y territorios, y sacar provecho de generar frustración, envidias, odios y enfrentamientos". Una crítica donde se ha ha agarrado a su vez la portavoz de los Comunes, Jèssica Albiach. "Lo que no es real y es una estafa es la preocupación de Cs por las clases trabajadoras de este país", ha afirmado, reprobando a la formación naranja, que ha calificado de "partido histriónico", que no hayan hecho ninguna propuesta, "sólo hacen que crispar".

Desde las filas de Esquerra Republicana, Sergi Sabrià ha recordado los orígenes de Cs. "Nacieron para cargarse la inmersión lingüística que nació en los barrios obreros", ha criticado, a la vez que les ha advertido que la inmersión lingüística no se toca. Entre la batería de collejas, que "no se puede ser feminista en este micrófono y a la vez ser principal aliado de VOX".

En unos términos similares se ha referido Carles Riera. El diputado de la CUP ha dejado claro que aquello que no quieren "es lo que Cs hace allí donde gobierna", donde potencia el "machismo, el racismo, la xenofobia o la legitimación del fascismo".

El Govern Torra también recibe de la izquierda

Pero Ciudadanos no han sido los únicos en recibir. La CUP y los Comunes se han quejado de la inacción del Govern, que gesticula más que gobernar, aseguran. Entre otros, se han preguntado retóricamente en qué ha avanzado Catalunya durante esta legislatura: ¿"se ha reducido la desigualdad? ¿Somos una sociedad más cohesionada? ¿Hay más autogobierno?